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La filosofía de Xavier Zubiri vs. la filosofía griega
Tesis doctoral, Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid, 1998Prólogo e Introducción
José Manuel San Baldomero Ucar
Prólogo
Escribió Zubiri en Naturaleza, Historia, Dios que 'la primera actitud del filósofo ha de consistir en no dejarse llevar de dos tendencias antagónicas que surgen espontáneamente en un espíritu principiante: la de perderse en el escepticismo, o la de decidirse a adherir polémicamente a una fórmula con preferencia a otra, tratando incluso de forjar una nueva' (NHD, 111). Y tenía razón. El espíritu del principiante, y en filosofía se es eternamente novicio o profeso como gustaba decir al propio Zubiri, no debe ser ni el escepticismo ni la beatería, pero si admiración y respeto. Pienso con él que la hermeneútica de los inquisidores y de los snobs es igualmente dogmática y perezosa.
No me considero beato ni escéptico, pero sí admirador desde los años universitarios de Zubiri y de su obra. De esta sim-pathía nació el propósito y la motivación de estudiar la filosofía de Zubiri. Cuando el curso 1967-68 Carlos Baciero estableció como libro de texto obligatorio de la asignatura Metafísica en la Universidad Pontificia de Comillas introdujo por primera vez de manera oficial la filosofía de Zubiri en un currículo universitario. Algunas dudas surgidas en la interpretación de Sobre la esencia, en concreto en torno al problema de la unidad sustantiva en la realidad humana y la imposible tesis de la inmortalidad de la inexistente alma, motivó que planteara a Carlos Baciero la posibilidad de hablar con el propio Zubiri. La ocasión propicia se presentó al final del curso impartido ese año por Zubiri. Fue para mi sorprendente que en un aparte que duró más de media hora Zubiri dejara de lado en ese momento a ilustres invitados (allí creí reconocer a Laín, Marías, Paniker), para conversar con un desconocido estudiante de veintiún años. Es imposible relatar todos los términos de mi conversación con Zubiri pero sí recuerdo el clima de confianza que surgió desde el primer momento ante mi inevitable 'no sé si es una tontería lo que le voy a preguntar'. La respuesta de Zubiri fue contundente: 'Eso mismo dije yo en cierta ocasión a mi maestro Husserl y su respuesta fue tan tajante como que en filosofía no hay preguntas tontas, ya que detrás de la pregunta más sencilla se encuentra el problemón filosófico más grande'. Las explicaciones de Zubiri a mis preguntas fueron claras pero temerosas. Desde Sobre la esencia no había duda, la unidad sustantiva entre lo somático y lo psíquico derivada del carácter genitivo de ambos, el 'de' constructo, anulaba cualquier posibilidad de plantear racionalmente la inmortalidad, pero los tiempos aún no eran propicios para atreverse a hacer explícitas públicamente ciertas negaciones. Zubiri me indicó las señas de su casa, en la calle Núñez de Balboa, para continuar hablando del tema. Siempre he lamentado que la preparación de los exámenes de final de curso me impidieran entonces una conversación más larga con Zubiri. Aunque asistí a todos los cursos de Zubiri mientras estuve en Madrid ya nunca volvió a darse una situación propicia para la renovar un nuevo encuentro. Aquí está el origen remoto de esta tesis. Desde aquellos años he seguido estudiando la obra de Zubiri y los escritos sobre Zubiri. Presenté una tesina de puro trámite, en gran parte elaborada a partir de las clases de Carlos Baciero, en el año 1971 en la Universidad Complutense sobre La respectividad intrínseca de la esencia en Zubiri. y hace dos años publiqué en la colección de Temas riojanos del Instituto de Estudios Riojanos un libro titulado Ingeniería y filosofía: Xavier Zubiri y Carlos Fernández Casado.
Esta tesis tiene también un origen más próximo. Durante estos años transcurridos desde 1969 he ido leyendo con más o menos profundidad toda la obra publicada de Zubiri y muchísima de la bibliografía sobre él. He acumulado fichas temáticas y bibliográficas sobre los aspectos que más interés me suscitaban. Poco a poco he ido llegando a la conclusión de que a Zubiri se le estaba estudiando más, verdad que por grandes razones, desde un punto de vista sistemático que en su radicación histórica. En la bibliografía nuestro autor se prestaba más atención a la originalidad del pensamiento creado que al origen del pensamiento superador en que dialécticamente se apoyaba. Había, por tanto, una laguna inmensa en el estudio de la presencia de la historia de la filosofía en el pensamiento de Zubiri. El olvido era tanto más grave cuanto que su oficio primero fue de historiador en su cátedra de Historia de la Filosofía en la Universidad Central y en cuanto que hay en Zubiri una progresiva radicalización hacia el horizonte griego del filosofar y una progresiva radicalización de la idea de filosofía hacia una filosofía puramente intramundana. Además, y por otra parte, Zubiri se nos descubre como auténtico metafísico cuando lo vemos vertido hacia la historia de la filosofía como momento radical en la construcción de su propia metafísica.
Este estudio está construido sobre cuatro extensas partes, pero todo él está orientado por un vector que es el sentido preposicional de 'versus', (especialmente hacia, con, contra), y el sustantivo 'radicalismo'. Es posible que la abundancia, si no desmesura, de contenidos haga que a este estudio le ocurra lo que Fernando Lázaro Carreter ve como característico en la tradición de las tesis doctorales españolas: que al pretender abarcarlo todo se cae en la tentación de disparar sobre cualquier pieza mayor o diminuta que asome por las vallas del tema tratado. Es posible. Pero no por ello debe quedar oculta la voluntad tendente del autor ni la dirección del blanco 'hacia' el que apunta, que no es otro que mostrar a lo largo de estas páginas lo que expresa el título mismo de esta tesis: la filosofía de Zubiri ha estado desde sus orígenes hasta el final de su vida en con-versación radical y permanente con toda la historia de la filosofía, pero dirigida de un modo más radical a, ante, con, contra, de, desde, en, hacia, para, por, sobre, tras, ('versus'), la filosofía griega.
El primer apartado es una introducción en la que presento y justifico el título de la tesis, explico el estado de la cuestión del estudio que inicio, repaso las imágenes que Zubiri ha tenido hasta nuestros días en la cultura intelectual española, presento los temas que han ocupado su vida y su pensamiento y enmarco las grandes etapas de su producción filosófica. En la primera parte, titulada Versus un ámbito de filosofía radical, estudio la formación en Zubiri de una actitud filosófica radical a partir de su apertura y permeabilidad hacia las filosofías de Brentano y Husserl dadas a conocer en gran parte por Ortega y Gasset y las afectuosas pero problemáticas relaciones intelectuales de Zubiri con Ortega y Gasset.
Divido la segunda parte, bajo el título Versus una filosofía radical, en tres apartados. En el primero, amplio apartado contextualizador, considero cuatro aspectos por los que se puede llamar al año 1931 el año eje de Zubiri (recuérdese el 'tiempo eje' de Jaspers): año de la proclamación en España de la Segunda República, año de la discusión sobe la 'filosofía cristiana' en París, año eje de la 'segunda navegación' de Ortega y Gasset y de la 'contramarcha' de Heidegger y año de vuelta de Zubiri de su viaje a Alemania. En el segundo apartado estudio con detenimiento los débitos y negaciones de la filosofía de Zubiri con la de Heidegger y en el tercero analizo los resultados de la 'conversación' de Zubiri con Hegel. Termina esta segunda parte con un breve 'excursus' comparativo entre las filosofías de Xavier Zubiri y Federico Nietzsche a partir de sugerencias recientes de la historiografía española más actual. Vertebra esta parte la idea de que Zubiri radicalizó su filosofía a partir de un contexto radical como el de 1931 y a partir de sus estudios con Heidegger en Friburgo y su posterior conversación con Hegel y rechazo de su 'teología'.
La tercera parte, Versus Grecia. Una filosofía radical, estudia sucesivamente dos lecciones de Zubiri en dos momentos claves de su trayectoria, a la vuelta de Alemania (1931) y en el abandono de la Universidad (1942), analiza sentido del término 'radicalismo' aplicado a la filosofía de Zubiri y el significado que debe darse a la soledad y la melancolía como orígenes de la filosofía en general (Aristóteles) y de la filosofía de Zubiri en particular, para pasar a estudiar los cuatro radicalismos fundamentales desde los que se entiende la filosofía de Zubiri: el radicalismo personal, el radicalismo filosófico, el radicalismo metafísico y el radicalismo histórico. En el capítulo dedicado al radicalismo personal se trata sobre todo de exponer la honesta actitud intelectual del filósofo Xavier Zubiri cuando, al chocar con una situación socio-política que imposibilita filosofar, opta, como Sócrates, por la retracción. Escribir sobre el radicalismo filosófico es describir la pretensión zubiriana de lograr, frente a la filosofía en crisis, una filosofía radical, problemática, pura, buscada, intramundana, forma de vida y profesional. Bajo el epígrafe de 'radicalismo metafísico' se intenta señalar los principales vectores sobre los que Zubiri construye su metafísica confrontado con Aristóteles. El radicalismo histórico pretende estudiar, partiendo de la filosofía de la historia de Zubiri, el sentido de una historia de la filosofía para la propia filosofía y como historia modal y el desarrollo que como historiador de la filosofía ha hecho Zubiri a partir de su esbozo de la idea de saber en la filosofía griega. Termina esta tesis con la recopilación de la bibliografía zubiriana más completa existente hasta este momento y con la relación de material bibliográfico complementario utilizado en la elaboración de la misma.
De ninguna manera hubiera podido realizar esta tesis sin la comprensión, paciencia, sacrificio y aliento de los miembros de mi familia, Charo y nuestros hijos José Manuel y Eduardo.
Este trabajo ha contado, y muy especialmente, con la orientación metodológica, el asesoramiento científico, el sabio consejo y la franca amistad de Andrés Martínez Lorca desde la Jefatura del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Sin él hubiera seguido siendo una deseable posibilidad lo que hoy es, al menos para mi, una feliz realidad.
En la ciudad de Logroño me han proporcionado una gran ayuda, que agradezco sinceramente, con su profesionalidad y atento servicio: María José Silván y María Angeles Jiménez en la Biblioteca del Instituto de Estudios Riojanos; María del Carmen Planchuelo y María del Pilar Caballero en la Biblioteca de la Universidad de la Rioja; José Luis Magro y María del Carmen Rubio en la Biblioteca Pública del Estado; José Luis Moreno y Domingo Martínez en la Biblioteca del Seminario Conciliar.
Deseo expresar también mi reconocimiento y gratitud a todos los que me han prestado su apoyo en los diferentes caminos andados para la publicación de esta tesis, en particular a Gerardo Meiro Martínez y Cristina López. De modo muy especial debo destacar la cordial acogida y a la sincera amistad de José Ignacio Tellechea Idígoras y Francisco Fernández Pardo, quienes desde Donostia-San Sebastián han alentado y hecho posible finalmente esta iniciativa editorial.
Logroño, primavera de 1998.
INTRODUCCIóN
I. Versus.
Versus es el título de una composición musical que Cristóbal Haffter dedicó a Xavier Zubiri en el mes de julio de 1983. Fue estrenada en España el día 3 de diciembre de 1988, interpretada por la Orquesta de Radio Televisión española dirigida por el propio Halffter. Este compositor musical y director de orquesta español había tomado como guía temática de sus tres movimientos, titulados tesis, antítesis y síntesis, el romance de Juan de la Encina Triste España sin ventura . La intención de Cristóbal Halffter al asumir esta poesía como motivo musical parece fue la de protestar con tristeza por la pérdida para la Universidad española de uno de los filósofos más egregios en toda la historia de la filosofía. En esta ocasión no era la causa una jugada del destino, como en el caso del príncipe Juan, sino la asfixiante falta de libertad para la creación filosófica impuesta por un régimen autoritario y por su ideología legitimadora: el nacional-catolicismo. Zubiri se emocionó por la dedicatoria pero ya no pudo asistir a su estreno mundial en la Tonhalle de Zurich en mayo de 1985 ya que la muerte le sobrevino el día 21 de septiembre de 1983. La crítica suiza especializada dijo de esta obra que era la composición nueva más importante que había sonado hasta entonces en Zurich.
No hay palabra tan expresiva como Versus para decir de modo más claro toda la riqueza semántica contenida en la filosofía de Zubiri. Aunque está por estudiar sistemáticamente su lenguaje metafísico, no cabe duda que la elección de Halffter fue acertadísima. He de reconocer por mi parte que debo al nombre de esta partitura musical no sólo el uso del término Versus en el título de esta tesis sino un gran numero de orientaciones y sugerencias originadas, como redes, a partir de la singular polisemia del vocablo.
El significado en latín de Versus como sustantivo (verso, surco, canto), como su significado con la función de adjetivo (vuelto, inclinado hacia), y sobre todo su significado como adverbio (hacia, en la dirección de) tienen una importancia decisiva en toda la trama conceptual de la metafísica zubiriana. Versus tiene también el significado, procedente del lenguaje forense y no del latín, de 'contra', o 'frente a'. Todos estos significados son utilizados reiteradamente en esta tesis no sólo como esquemas metodológicos para organizar el trabajo o recursos retóricos para organizar la memoria del discurso, sino también como auténticos referentes esbozantes de significados.
Hay que tener en cuenta, como veremos, la importancia que en la obra de Zubiri adquiere la búsqueda de etimologías y significados originarios de las palabras. Todas sus obras están impulsadas por una voluntad de radicalidad semántica y, por esta actitud e inquietud hacia la búsqueda de los orígenes fontanales del verbo que era en principio, sus páginas llenas de referencias etimológicas emocionantes, fuentes de conocimiento y de experiencia (SH, 296-297). Quizás sea éste uno de los aspectos más destacables de la obra de Zubiri en donde largamente pervive la presencia y el modo de filosofar de su maestro Ortega y Gasset.
Versus , hacia, es también la preposición que mayor relieve alcanza en la elaboración de conceptos tan decisivos en la filosofía de Zubiri como inteligencia sentiente, dar de sí, religación, respectividad, trascendentalidad, apertura, realidad, posibilidad. Precisamente las ideas que posibilitan y hacen de la filosofía zubiriana una superación del logos predicativo aristotélico, del criticismo kantiano, de la procesualidad dialéctica hegeliana, de la iluminación del ser heideggeriano y del raciovitalismo orteguiano. Versus en su sentido preposicional es la expresión más concisa y precisa con la que se puede contar y decir la investigación zubiriana del dar de sí de la persona y de la búsqueda de la verdad. Finalmente, al tratar de dar cuenta de este estudio, emprendido hace tiempo pero terminado ahora, sobre la relación entre la filosofía de Zubiri y la filosofía griega, no encuentro palabra más idónea para expresar mi búsqueda y mi encuentro que versus. Versus crea un campo semántico amplio y preciso a un tiempo con significados direccionales como vuelto, inclinado hacia, hacia, en la dirección de, o con significados metafóricos como verso, surco, canto, o con los derivados de prefijos ligados a versus como con-verso, di-verso, re-verso, ad-verso.
También el simbolismo emerge fecundo en el término versus. El propio Zubiri ha unido simbólicamente, y quizás también con no poco de ironía, el sentido último de su filosofía al significado del nombre 'Zubiri'. Según nuestro filósofo, el término 'Zubiri' significa en euskera junto al puente. El topónimo fue elegido en la Edad Media para nombrar un pueblo del valle de Esteribar (Navarra), situado a la orilla derecha del río Arga, justo donde se había construido un puente con el fin de dar paso al camino de peregrinación que conducía desde toda Europa por Roncesvalles hacia Santiago de Compostela. Simbólicamente Zubiri significaría el puente en el camino hacia. Fue su propia esposa quien, teniendo en cuenta este pensamiento, escribió para dar cuenta y razón del significado último de su filosofía:
"Pienso que Zubiri persona se pasó la vida tendiendo puentes: puentes mentales -¿acaso no son las ideas puentes para cruzar los vanos del mundo mental, para unir entre sí los espacios que es necesario ligar para que adquiera coherencia el pensamiento humano?- . Puentes además tendió Xavier con su alma buena para hacer posible la amistad de persona a persona. Y, cosa señalada, ayudó a muchas gentes a que enlazaran de modo eficaz las orillas dispares de su propio vivir. Fueron muchos los puentes tendidos a medio náufragos en sus vidas para que pudieran alcanzar esa orilla vislumbrada, pero demasiadas veces considerada como inaccesible, y a la que todos deseamos llegar para mejor cumplirnos como personas."
Tiene razón Carmen Castro en su juicio ya que ese es el sentido último de obra filosófica de Zubiri, su bios theroretikós, la dedicación de la propia vida a la construcción de una gran filosofía estructurada y abierta, solidez que abre camino. Quizás sea un puente la metáfora que mejor signifique a un tiempo la solidez de una estructura constructiva y la sutileza de la comunicación entre orillas separadas por un río mediante un camino que transcurre sobre arcos construidos con esquirlas de inteligibilidad arrancadas a la realidad (IRE, 15). Precisamente Mercedes Torrevejano ha visto uno de los rasgos esenciales de la filosofía de Zubiri en esa voluntad de construcción sistemática de una filosofía pura y Eugenio Trías ha intuido tras la filosofía de Zubiri la hegeliana paciencia de lo negativo del que se sabe cantero del concepto y artesano del lenguaje metafísico
El artesano se mueve en una tradición, ¿oficio gremial?, que aprovecha toda la experiencia acumulada y transmitida desde el pasado, se familiariza con ella, con ella construye, hacia ella vuelve. La transmisión tradente de una multitud de contenidos objetivados como resultados de los esfuerzos de los antepasados por instalarse en la realidad mediante múltiples procesos personalización posibilitan construir el propio bios theoretikós y conformar auténticas actitudes metafísicas .Las abundantes citas de filósofos en las obras de Zubiri son a un tiempo memoria viva del logos humano, problemáticamente asumido, y explícito estímulo de presencia sólida, operante y viva que invita a un diálogo superador. Estos textos representan también las piedras de sillería que hacen posible el arco que sostiene el camino, en el que lo superior no implica superioridad, sino mayor compromiso y radicalidad, o también, como ha escrito Pedro Laín Entralgo, son elementos integrados en un retablo curvado cuya traza les hace converger hacia un punto concreto y cobrar una presencia simultánea y transtemporal en el espíritu del hombre que los contempla.
La necesidad, connatural del discurso de Zubiri, de contar con los materiales posibilitantes tomados del pasado conduce a entender un presente que supera distancias, integrador de realidades escindidas, de arcos proyectados hacia sin el lugar de encuentro. Este carácter históricamente constructo en el presente fue visto por Ignacio Ellacuría cuando resaltó dos rasgos de la filosofía de Zubiri: la superación, aufhebung hegeliana, de la tradición filosófica y una forma rigurosa de realismo, de atenimiento a la realidad. Cinco fueron para Ellacuría las superaciones construidas por filosofía zubiriana. Zubiri superó, en primer lugar, la sustancialidad y el logos predicativo de Aristóteles con la sustantividad, la aprehensión primordial de realidad, el logos constructo y una elaboración nueva del concepto de estructura. En segundo lugar está la superación del criticismo kantiano marchando más allá de la crítica de una presunta razón pura con el análisis del hecho de una inteligencia sentiente, que es también entendimiento y razón sentiente. En tercer lugar, Zubiri superaría la procesualidad dialéctica hegeliana en una estructura dinámica de la realidad unas veces dialéctica y otras no, porque el orden trascendental es siempre abierto y dinámico pero no es nunca apriorístico. En cuarto lugar la superación de la iluminación del ser heideggeriano por la luz de la realidad misma y por el carácter sentiente aprehensivo de la inteligencia humana. Finalmente, la superación de la vida como realidad radical y el consecuente raciovitalismo orteguiano por la radicalidad de la realidad humana. En definitiva, un realismo materialista y abierto. Por caminos muy distintos de los recorridos por los filósofos analíticos y por caminos mucho más rigurosos que los seguidos por los materialistas de inspiración marxista. Zubiri no quiere saber sino de lo que es real y de lo que se hace presente, trascendentalmente presente, en la inteligencia sentiente del hombre y de lo que es sometido a la estricta crítica del saber científico, entiéndase bien, crítica rigurosa, y no juicios sumarísimos.