El gran cambio de paradigma:

Xavier Zubiri y la revolución científica, 1890-1990

 

Comunicación para el Congreso Internacional Xavier Zubiri

Madrid, Julio 1993

 

presentado por

 

Thomas B. Fowler, Sc.D.

Profesor en física y mathematica

Christendom College, Front Royal, Virginia 22630 USA

 

Profesor adjunto en ingeniería electrónica y computadores

George Washington University, Washington, DC 20053 USA

 

Principal Scientist

Advanced Information Systems

The MITRE Corporation

McLean, Virginia 22102 USA

 

 

Introducción

El mundo científico al final del siglo XIX disfrutó de una tranquilidad ilusoria. Fundada seguramente en las nociones filosóficas de causalidad y determinismo griegos, y apoyado por los empiricistas ingleses, jacta de la infrastructura grande e intuitivamente satisfaciente de la mecánica newtoniana y de lo construido sobre ella por Newton y sus sucesores ilustres, entre ellos Laplace, Lagrange, y Hamilton. La teoría de la electricidad y del magnetismo era bien entendida; y la primera gran unificación de la física fue realizado por Maxwell en sus ecuaciones celebres. Trabajos en la estructura atómica de la materia fueron efectuados por Dalton, Lavoisier, y otros; y el desarrollo del mundo biológico fue revelado por Darwin. Ninguna de estos estudios fue puramente teórico; al contrario, propicio todo un rango de interés humano: la mecánica celestial reveló los secretos del cielo, y los ingenieros entrenados en la nueva ciencia tranformaron la cara de Europa y del Nuevo Mundo. Tan confiados estuvieron los proveedores de la ciencia del siglo XIX que sus Weltanschauung se guardan en el famoso demonio de Laplace: una inteligencia que sabe la posición y el momento de todas las partículas, y que con la ayuda de las leyes newtonianas podía predecir el curso entero del universo, y retrodecer toda la historia del universo. Aun en la matemática, el exuberante Hilbert propone sus diez problemas famosos, cuya solución era una de las tareas más importantes del siglo nuevo. Quedaban algunos trabajos por completar en la fundación basica, pero esto estaba en muy buenas manos.

Habían algunos huecos en esta fundación: la termodinámica estaba plagada de dificultades relacionadas con las infinidades, como el valor absoluto de la entropía, y la celebre «catástrofe ultravioleta»; la teoría electromagnética no podía reconciliarse con la teoría cuadro surgiente del átomo; el experimento de Michalson y Morley reveló problemas con el espacio y tiempo absolutos de Newton; y la obra de Poincaré sobre el problema de tres cuerpos en la mecánica celestial indica que sistemas mecánicas muy simples que actuán según las leyes deterministicas newtonianas marchaban de manera muy desordenada. La paradoja de Russell surgeraba que todo no iba bien en la fundación de la matemática. Aun así, había muy poca gente que sospechaban la tempestad de nuevos desarrollos que iban a ocurrir en la ciencia en el nuevo siglo, una tempestad científica que trastornaría casi todas las bases e ideas sobre cual la ciencia pensaba basarse. Durante este proceso fue necesario un repensamiento radical y heroico de la filosofía y su influencia recíproca con la ciencia, un repensamiento que requiere un genio, con una fundación profunda en la filosofía y su historia, en la teología, en la ciencia, la matemática, y gran parte del resto del saber humano. Pero tal vez más importante, una persona con el deseo profundo de penetrar la verdad y abrazar todo este saber con una visión comprensiva, y sobre todo de crear la fundación de una nueva síntesis del saber humano, una síntesis que pueda integrar la realidad que nos entrega la ciencia con el resto del saber humano. El mundo es muy afortunado que tal hombre nació en este tiempo crítico, en España, país de profunda herencia cultural, educacional, y espiritual.

 

Ciencia y naturaleza en el siglo XX:

El fracaso del reducionismo y la surgencia del enfoque de los sistemas

  El reducionismo ha sido una corriente fuerte durante la historia entera de la ciencia y de la filosofía. El demonio de Laplace es, en cierto sentido, la expresión ultima del reducionismo y por ello de la filosofía clasica y de la ciencia del siglo XIX en general. El meta, como lo ha señalado Zubiri y otros, es el de reducir la biología a la química, la química a la física, y luego, con el conocimiento de las partículas y las leyes fundamentales, junto con las condiciones iniciales, reconstruir la ciencia entera y, por implicación, la realidad entera. El carácter dogmatico de la identificación entre ciencia, reducionismo, y determinismo estricto pudo ser aparente a los cientistas y filósofos del siglo XIX; pero como la ciencia no podía concebirse de otra manera, había muy poca discusión del asunto. Un corolario fácil es el realismo radical: el mundo es en realidad formado por las últimas partículas y las leyes que las gobiernan; aun Dios ve el mundo de tal manera. De aquí que para los teólogos, el reducionismo tiende a significar que las leyes físicas son la «mente» de Dios, quien se convierte en super-físico – irónicamente, la realización última del demonio de Laplace.

El primer golpe fué dado por Einstein, en su Teoría especial de la relatividad (1905), que revela que el espacio y el tiempo absolutos de Newton son, para los propósitos científicos, quiméricos. Los resultados paradójicos que provienen del fracaso de simultaneidad y de la relatividad del tiempo dió aviso que las ideas intuitivas de la física clásica junto con gran parte de la filosofía encaminaban los caminos dificiles. Aun así, el determinismo y el reducionismo parecen seguir intactos.

El desarollo de la mecánca cuántica, menos de veinte años después, fue el golpe segundo y fatal. En lugar de los valores absolutos y familiares de la posición y el momento, la ecuación de Schrödinger produce como solución una función de ondas que da solamente distribuciones probabalisticas. Aun peor, el principio de indeterminación de Heisenberg revela una complementaridad entre la posición y el momento, y entre el tiempo y la energía, de tal manera que el producto de los indeterminismos tiene bajo limite (). La física edificada basado en esta fundación, que incluye paradojas tal como la interferencia de partículas solas, «tunnelling», el concepto de partículas virtuales, y la actividad cuántica del vacuo, se ha verificado en alto grado por experimento, y ha permitido a los físicos que construyan teorías grandes para describir la creación e evolución del universo entero, desde el límite del «tiempo de Planck», 10-43 segundos después del «Big Bang». En efecto, hay un golpe doble a las ideas clásicas de la ciencia: en primer lugar, leyes deterministicas se suplantan por leyes estadísticas; y en segundo lugar, condiciones de limites exactos se sustituten por condiciones de limites con un bajo limite de indeterminación en la mayoría de los casos. Esto es muy importante porque significa que aunque haya leyes deterministicas, el reducionismo estricto es imposible, y por consiguiente la complejidad en el mundo tiene que ser irreduciblemente jerárquica.

Muy temprano, Zubiri realizó el cambio profundo, y se dió cuenta que no es degradación de la ciencia, sino un paso grandisimo que liberó a la ciencia del «bulto» metafísico que no era necesario (y probablemente falso):

No solamente, pues, no es la idea de causa la que dio origen a la ciencia moderna, sino que ésta tuvo su origen en el exquisito cuidado con que restringió aquélla. Esta renuncia fue para los representantes de la antigua física el gran escándalo de la época. ¿Cómo es posible que la física renuncie a explicar el origen de todo movimiento? Esta heroica renuncia engendró, sin embargo, la física moderna. No es lícito, pues, hacer aspavientos de escándalo frente al principio de Heisenberg: haría falta examinar lealmente si no llega a dar a la física su última toque de pureza. (Naturaleza, Historia, Dios, p. 289)

Como es natural, los defensores del determinismo en la ciencia no soportanon tal reinterpretación radical de la naturaleza. Ellos refutaron creer que (su) «Dios [está] jugando a los dados con todos los electrones del universo». y postularon que la mecánica cuántica es incompleta, y que es necesario el uso de «parametros oscuros» para restaurar el determinismo. Con Einstein a la cabeza, dirigeron ataque tras ataque a la nueva interpretación, lo cual fue respondido por Heisenberg y otros. Su crítica culminó en la celebre paradoja Einstein-Padorsky-Rosen, que postula un experimento cuyo resultado depende según el determinismo o indeterminismo de la realidad. Treinta años después, esto condujo a las disigualidades de Bell, y luego al experimento famoso de Aspect y sus colegas en la Universidad de Paris en 1982. La naturaleza de este experimento, tanto por la ciencia y por la filosofía no es fácil de sobrestimar: allí unos 2500 años de pensamiento sobre la naturaleza y la realidad convergieron. Fue una prueba no solo del determinismo vs. indeterminismo, sino de la llamada «no-localidad» de la naturaleza, esto es, de la interconexion virtual del universo entero – aun cosas a los lados opuestos de él – que actuán como si estuvieran fueran cerca como Ustedes y yo en esta sala hoy día. El resultado es muy claro: el universo es indeterministico y no-local, al menos en cuanto se habla de una medida cuantitativa. La impresión profunda que queda del experimento de Aspect es inadecuacía, de los últimas limitaciones de la mente humana para percibir la verdad última de la realidad, y de la futilidad total de asumir que las leyes físicas puedan representarnos en ninguna manera cómo Dios entiende el universo. Ya cincuenta años antes, Zubiri lo percibió: "... para Dios no sólo no hay física, sino que no hay ni Naturaleza en este sentido".

Pero el último disastre para la física clásica (y la perspectiva del mundo basado sobre ella) puede ser el redescubrimiento en las décadas de 1960, 1970, y 1980 de lo que hoy se llama la «teoría de caos»: la existencia de simples sistemas físicos, que siguen las leyes newtonianas, y que sin embargo actuan de manera muy desordenada, tan desordenada que son en términos prácticos estocásticos no pronosticables, El comportamiento caotico fué descubierto por Poincaré y Bruns hacia el año 1880 en el curso de sus investigaciones de la mecánica celestial y el problema de tres cuerpos, pero esto se ignoró en esta epoca porque no cabía en el paradigma de la epoca, a saber, sistemas simples evolucionando según la física newtoniana han de mostrar comportamiento regular y pronosticable. ¿Cúal es el sentido de una ciencia que no puede hacer predicciones precisas y verificables? Si se observó el comportamiento irregular, se lo consideró como resultado de ruido casual o de otra interferencia. Si las leyes físicas fueran el mente de Dios, ¿cómo puedan producir otra cosa que el orden?

Sin embargo, el comportamiento irregular es muy real, y puede observarse en un simple computador, y esto ha sido observado en muchos sistemas reales. Además, como lo descubrió Poincaré, tal comportamiento caracteriza el problema simple de tres cuerpos, y a fortiori el problema de n-cuerpos, que describe cómo el sistema solar puede evolucionar con el tiempo. La conclusión desconcertante es que la estabilidad del sistema solar a largo plazo no se puede garantizar. Por el propósito de la discusión actual, el punto principal es que aun leyes deterministas no bastan para garantizar un comportamiento ordenado, y de allí que la creencia vieja de que la implicación mutual entre la causalidad, el comportamiento bien ordenado, y las leyes deterministas se hayan roto. Aunque aparentement Zubiri desconocía la emergencia de la teoría de caos, le había previsto sus implicaciones:

Indeterminación parece lo más opuesto al carácter de todo conocimiento científico. Planck rechaza, por esto, con indignación este concepto; renunciar a la determinación sería renunciar a la causalidad, y con ella, a todo lo que ha constituído el sentido de la ciencia, desde Galileo hasta nuestros días. (Naturaleza, Histora, Dios, p. 287)

Pero en efecto, como percibió Zubiri, la ciencia entendido en tales terminos era en realidad una mezcla de ciencia pura y nociones metafísicas espurias, y que la causalidad es concepto mucho más amplio que el determinismo: "... causalidad no es sinónimo de determinismo, sino que el determinismo es un tipo de causalidad." Cuarenta años más tarde, hizó una observación particularmente relevante al comportamiento de sistemas caoticas:

... sobre todo, el que un efecto tenga una realidad en virtud de la causa no quiere decir ne que este efecto ne que esta causa sean repetibles. Es decir, el Determinismo es a lo sumo un esquema de un tipo especial de causalidad, pero no es la causalidad en sí misma. (Estructura dinámica de la realidad, p. 99)

Aun sin el experimento de Aspect, la teoría de caos habría significado el fracaso último de las nociones clásicas de la ciencia porque las corta mucho de raíz.

El cuarto golpe a las ideas clásicas fue contemporánea con el desarollo de la mecánica cuántica; pero las implicaciones eran más dificiles de entender y menos amenazadores; es por esto que no recibió extensa publicidad. Esto, por supuesto, fue el celebre teorema de Gödel. El significado de este teorema se ha discutido durante sesenta años; pero un hecho es incontrovertible: nuestro entendimiento de la naturaleza de la matemática ha cambiado radicalmente. Antes de Gödel, era posible identificar la verdad matemática con la demostrabilidad; tal identificación no vale más: la verdad es concepto más amplio. Por esto la matemática y los sistemas formales en general son más ricos de lo que se sospechó antes; y nuestro conocimiento de ellos siempre va a ser más limitado de lo que pensó Hilbert. Este es el aspecto del teorema que Zubiri estimó como el más importante, porque nos revela que nuestro conocimiento de realidades de postulación nunca puede ser completo; como toda realidad, son abiertas de manera fundamental.

El propio Zubiri se dió cuenta de que el fracaso del reducionismo era inevitable debido al desarrollo de la ciencia en el siglo XX, e enunció claramente las razones filosóficas porque era insostenible:

... sería un ingente error pensar que las estructuras transcendentales del ser penden sólo de la estructura de los electrones o de la materia inanimada. Estamos siempre propensos a creer que cuando se alude al amor o a las personas se está hablando de unas cosas antropomóficas y metafóricas, pero que lo que cuenta so los campos electromagnéticos y los electrones. Pero ¿por qué? ¿Es que no son realidades aquellas otras cosas? ... No es lo mismo la estructura dinámica del movimiento local, la estructura dinámica de los fenómenos físicos, que la estructura dinámica de un ser vivo, de una persona humana, y mucho menos del conjunto entero de la historia y de la sociedad humana. (Estructura dinámica de la realidad, p. 64).

 

La surgencia del enfoque de los sistemas

Desde un punto de vista práctico, hace mucho tiempo que la ciencia reconoce que un enfoque jerárquico es indispensable. Sólo es necesario examinar la clasificación de las disciplinas cientificas y la manera en que se enseña la ciencia para verificarlo: un químico desarrollando vacunas bien puede saber poco de la teoría de los quarks, un médico atendiendo a un enfermo que sangra puede saber poco de la mecánica de los fluidos, y un programador de computadores hanciendo programas de seguridad nunca estudia la física del estado sólido. Cada vez más, es patente que tal enfoque práctico refleja una realidad subjacente, a saber, que lo más importante es los componentes de una cosa a un nivel dado, y cómo actuan, esto es, el sistema, en lugar de la habilidad de predecir todo basado sobre el nivel jerárquico más elemental. Reflejando este cambio de paradigma, actualmente hay una creciente ciencia de sistemas, que concierne los problemas de cómo ocurre las interaciones, y que tipo de comportamiento un sistema puede mostrar. Esto incluye estudios de la conectividad, la estabilidad, y control.

Este enfoque nuevo sobre los sistemas presupone que la realidad, como percibido por entidades finitas (no necesariamente animados) tiene «estratos» o «niveles», y que el comportamiento de cada nivel es constreñido por, pero no determinado completamente por los niveles abajos. ¿Por qué? Físicamente, porque en cada nivel hay incertidumbres o indeterminación debidos a los niveles más bajos, y porque es imposible determinar el conjunto total de interacciones de cosas en estos niveles. Delineando una distinción clara entre la causalidad y una causa, Zubiri ha notado incisivamente que la causalidad es la funcionalidad de lo real como real, y que la inteligencia sentiente percibe tal funcionalidad. Pero encontrar las causas para cualquier fenomeno es muy dificil y problemático:

¿Quién puede esta seguro nunca de haber descubierto una causa real de un fenómeno, mucho menos si se pretende que esta causa sea adecuada? Esto es absolutamente quimérico. (Estructura dinámica de la realidad, p. 90)

Usando un ejemplo de Zubiri, si se jala la cuerda de una campana, la campana suena. ¿Es esta la causa? Supongamos que la campana es movida a la luna. Jalamos la cuerda y produce sonido. Causalidad como es percibido por una inteligencia sentiente es funcionalidad, la cual puede ocurrir que occure en muchas formas; no es completa enumeración de causas.

Científicamente, un grupo preciso de condiciones iniciales por los niveles altos es imposible de medir o aun de especificarlos in la mayoría de los casos. Por consiguiente, los niveles altos tienen que operar en luz de este incertidumbre. No interesa que una inteligencia conciente esté operando, o que fuerzas ciegas de la evolución. Hay cuantidades que son reales a un nivel, pero éstas tal vez no sean relevantement definidas o medidas a niveles más bajos; por ejemplo, la presión de la sangre por componentes moleculares, o la operación de programa de computacion por el estudio de la física del estado sólido de transistores, o el pensamiento y la descarga de los neurones. En otras palabras, niveles altos muestran organización y comportamiento muy diferente que los niveles bajos. Esto no quiere decir que la causalidad se haya roto; sólo que la causalidad como concepto no se identifica con el determinismo estricto. (Por supuesto, si el determinismo estricto fuera verdad, el demonio de Laplace regeriría y todo el comportamiento hasta el nivel más alto (la evolución del universo entero) se podría predecir del conocimiento de las partículas fundamentales).

Hay razones práticas por la organización jerarquica y también para el enfoque de los sistemas. Lo más importante puede ser el hecho de que permite construirse sistemas dinámicos complejos que son estables. Al interconectar jerarquicamente grandes números de pequeños subsistemas, es posible conservar el orden de cada nivel bajo, y luego tener una rasonable seguridad de estabilidad y últimamente de la estabilidad de los sistemas que resultan de la interacción de los subsistemas, en niveles cada vez más altos. Aunque la estabilidad de sistemas que actúan entre sí no se entiende bien, es sabido del estudio del problema famoso de matrices aleatorios que sistemas de orden alto son dificiles de construir.

 

La complementaridad de la filosofía de Zubiri y la ciencia moderna

La filosofía y la ciencia ambas buscan la verdad acerca de la realidad. Durante su historia, la filosofía ha sido influido por el desarrollo de otras ramas de saber, especialmente la ciencia y la matemática. Esto es muy claro en las obras de Aristóteles, Descartes, y Kant. Pero una relación adecuada y funcional entre la filosofía y la ciencia ha sido elusiva: o la ciencia no cabe bien dentro del mundo filosofíco, porque los dos tienen el mismo alcance, a veces con resultados contradictorios («Tan mal por los hechos», advierte Hegel), o porque teorías y resultados científicos fueron unidos a doctrinas filosofícas, con consecuencias disastrosas (p.e., Kant). La optima solución es una relación complementaria del conocimiento científico y la filosofía, en vez de buscar respuestas a las mismas preguntas.

En su filosofía, Zubiri intentó lograr este tipo de relación con la ciencia. Conocía bien el estado de la ciencia y sus resultados, y conocía también muchos grandes científicos del siglo XX. Pero sabía que en el fondo la filosofía tiene que tratar de problemas más amplios y más hondos que los que se proponen a la ciencia, especialmente dado a que la filosofía tiene que establecer la fundación en la que se basa el saber, incluyendo la misma ciencia. Cuando los grandes eventos cientificos del siglo XX se desarollaron, los extensivos conocimientos y la penetración extraordinaria de Zubiri lo situaron de una manera muy singular: podía ver cómo el paradigma viejo no era cambiando, sino destruido; y que un paradigma nuevo era esencial, un paradigma con implicaciones científicas, filosóficas, teológicas, e históricas muy grandes. Esta tarea encajó con su tarea más amplia, la de crear una «nueva síntesis» del saber humano, necesitado en parte por el enorme desarollo de la ciencia y de su gran impacto sobre el panorama intelectual. Aunque la tarea de síntesis era su primaria preocupación, él tenía que pensar bien en la tarea de crear el paradigma nuevo para la ciencia, e incorporarlo en sus obras filosoficas. De esta manera, Zubiri proveyo y sigue proveyendo una inestimable dirección y penetración a aquellos que quieren entender el mundo que la ciencia nos entrega; para los que buscan implicaciones de la ciencia en otras ramas del saber; y para aquellos que hacen ciencia y aquellos que crean ciencias nuevas. El equilibrio razonable que logró, y la visión comprensiva que emerge de ella, puede entenderse con referencia a cuatro ideas claves, muy relacionadas entre sí: (1) limitaciones del conocimiento cientifico reveladas durante el siglo XX, y su honda significación; (2) la causalidad y las leyes científicas; (3) el carácter jerárquico de la realidad y la apertura de lo real; y (4) las esencias y la naturaleza de los sistemas. El nuevo paradigma permite una amplia y flexible entrecara entre la síntesis filosófica zubiriana y la ciencia que está desarrollandose, basado en sus ideas filosóficas claves: la estructura tripartita de la inteligencia, la esencia como estructura física de realidad, que como de suyo es dinámica (da de sí), y la distinción de las ordenes talitativas y transcendentales. Esto viene de raizes hondas de la realidad misma; como Lopez Quintas indica, acerca de Zubiri,

... las ciencias dejan de ser modos de conocimiento diversos y yuxtapuestos, para converger en el estudio de un mismo objeto real desde diversas perspectivas y a distintos niveles de hondura. La unidad del objeto confiere unidad a la vida intelectual que se mantiene ligada al suelo nutricio de las cosas reales. (Alfonso Lopez Quintas, Filosofía española contemporánea, Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1970, p. 199).

(1) Las limitaciones del conocer científico. La mecánica cuántica se miró como escándalo grande en los días después de su introducción debido a las limitaciones que impone sobre el conocimiento científico. Pero, en efecto, el punto de vista desplazado es la que debe considerarse como escandalosa, a causa de sus múltiples suposiciones especulativas o inaverigüables del saber humano Los nuevos desarrollos de la ciencia nos dicen que aunque la razón sin ayuda tiene firmes límites en cuanto a penetrar los secretos del mundo (a diferencia de lo que se pensó en la filosofía clásica y los racionalistas europeos), el lenguaje nuevo de la matemática empleado por la ciencia moderna, aunque capaz de penetrar más honda, también tiene límites fundamentales. El problema principal es que aunque percibimos la realidad directamente (p.e., el color verde son los fotónes como son percibidos; no hay dos realidades), no se hace en el sentido absoluto y independiente imaginado por la ciencia clásica. Zubiri analiza todo esto en su teoría de la inteligencia sentiente, donde comienza por notar que la vía tradicional de acercarse al saber y a la realidad, una vía que es causa de las ideas quebradas del siglo XIX, es errónea en su raíz:

Es que es imposible una prioridad intrínsica del saber sobre la realidad ne de la realidad sobre el saber. El saber y la realidad son en su misma raíz estricta y rigorosamente congéneres. No hay prioridad de lo uno sobre lo otro. Y esto no solamente por condiciones de hecho de nuestras investigaciones, sino por una condición intrínsica y formal de la idea misma de realidad y de saber. Realidad es el carácter formal – la formalidad – según el cual lo aprehendido es algo «en propio», algo «de suyo». (Inteligencia sentiente, p. 10)

Además, el pensamiento moderno es culpable de escándalo grande porque quiere relegar las fundamentales experiencias humanas, como la percepción del color, a la perifería de la ciencia, y explicarla por reducción a otras cosas que lógicamente son dependientes de tal percepción. Lo explica Lopez Quintas,

¿Cómo puede alguien preguntar se está deformado lo real en la percepción si no tiene otra vía de acceso a la realidad? Por otra parte, al afirmar que el color no es una realidad, debería precisarse previamente de qué tipo de realidad se habla, pues el problema de la realidad puede plantearse a muy distintos niveles: el de la percepción primera y el de aquello que una cosa es cuando no es percibida. (p. 254)

El interés primario es el saber al nivel de la razón. Nota Zubiri:

Pero la formalidad de realidad está respectivamente abierta también en otra línea. Por ser pura y simple realidad, está transcendentalmente abierta a ser momento de «la» realidad. Está, pues, abierta a lo que hemos llamado mundo. Entonces inteligir lo que una cosa real es en realidad, es inteligirla como momento del mundo....Inteligir lo que es en realidad un color que vemos, es inteligir lo que es en realidad campalmente respecto de otras notas, por ejemplo, respecto del sonido. Pero inteligir lo que ese color es en realidad como momento del mundo es algo distinto: es inteligirlo, por ejemplo, como onda or como fotón, etc. (Inteligencia sentiente, p. 269-270)

La raíz del problema es que la realidad es más compleja que la mente humana puede entender; y aun al nivel de la razón, tiene que basarse de múltiples paradigmas explicativos (ciencia, teología, filosofía, poesía, y otros) para captar partes pequeñas de la realidad. Y aun con esto, hay que descomponer la realidad en partes. Hay cuatro aspectos relacionados al problema: (a) no toda cosa tiene razón o explicación; (b) la razón, incluso la ciencia, es una busqueda y no un factum, y por eso es radicalmente incompleto; (c) al fondo, la realidad es abierto y no captable por ninguna formula humana; y (d) la razón no es la forma suprema de intelección.

(a) Para el propósito del saber humano, no es necesario que todo lo real tenga razón o explicación:

No se trata de que todo lo real en cuanto real sea necesariamente de estructura racional; me basta con que algo real, a saber, lo real campal, tenga esta estructura. Pensar que todo lo real tiene necesariamente su «razón», no solamente es una hipótesis sino que además una falsedad....Dios es realidad absoluta. Pero incluso mundanalmente no es cierto que toda realidad tenga razón racional. Un acto libre no tiene razón, sino que la libertad es lo que pone razón en lo que va a acontecer; pero la libertad misma está allende la razón. (Inteligencia y razón, p. 284)

La razón, para Zubiri, no consiste en ir hacia la realidad, pero en ir de la realidad campal hacia realidad mundanal, hacia realidad campal en profundo. Si se quiere, el campo es el sistema de lo real sentido; y el mundo, el objecto de la razón, es el sistema de lo real como forma de realidad. Esto es importante porque «mundo», para Zubiri, no es coextenso con el objecto de la ciencia. Existen tipos de intelección del mundo que difieren de la ciencia, y pueden dicirnos otras cosas; en efecto, hablamos frecuentemente de la verdad en torno al arte y a la literatura, como en la observación de Picasso, «El arte es mentira que nos descubre la verdad».

(b) Además, todo saber racional, incluso la ciencia misma, es búsqueda, y no un hecho. Lo cual es irremediable ya que es debido al carácter de la razón y de la intelección racional:

La limitación del conocimiento es ciertamente real, pero esta limitación es algo derivado de la indole intrínsica y formal de la intelección racional, del conocer en cuanto tal: el ser intelección inquiriente. Sólo porque la intelección racional es formalmente inquiriente, sólo por esto ha de buscarse siempre más y encontrar lo buscado como principio de ulterior búsqueda. El conocimiento es limitado por ser conocimiento. Un conociemiento exhaustivo de lo real no sería conocimiento. Sería intelección de lo real sin necesidad de conocimiento. Conocimiento es solamente intelección en búsqueda. (Inteligencia y razón, p. 262-262)

Lo incompleto del saber racional (y por deducción la imposibilidad del reducionismo) es radical, no simplemente una inconveniencia histórica:

... el complejo de leyes naturales jamás podrá dar razón de todo cuanto hay en una cosa, porque en ésta existe siempre un margen de individualidad y de contingencia que las leyes no lograrán agotar jamás. (Sobre la esencia, p. 106)

(c) En al fondo, la realidad es fundamentalmente abierto y no captable por ninguna formula humana. Esta apertura tiene relación intima con la transcendentalidad:

... la realidad como realidad es constitutivamente abierta .... Realidad no es un concepto transcendental, no es que sea u concepto que transcendentalmente se realiza en cada una de las cosas reales, sino que es un momento real y físico, esto es, la transcendentalidad es justamente la apertura de lo real en cuanto real.... El mundo es abierto no sólo porque no sabemos qué cosas hay o puede haber en él, sino ante todo porque ninguna cosa por muy precisa y delalladamente que esté constituida, jamás es «la» realidad en cuanto tal. (Inteligencia y razón, p. 20-21)

La apertura fundamental y constitutivo de la realidad significa que la búsqueda por la realidad nunca termina. Zubiri cree que el desarrollo de la mecánica cuántica en el siglo XX es un ejemplo de cómo nuestro concepto de realidad se ha hecho más amplio. Lo mismo puede decirse del concepto de persona:

Hizo falta una intelección much más difícil que la de la física cuántica para inteligir que lo real puede ser real y sin embargo no ser cosa. Ser, por ejemplo, persona. Entonces no sólo se amplió el campo de cosas reales, sino que se han ampliado eso que pudiéramos llamar los modos de realidad. Ser cosa es tan sólo uno de esos modos; ser persona es otro. Así ha cambiado no sólo el elenco de cosas reales, es decir, no sólo se ha descubierto una realidad más allende lo campal, sino que ha cambiado también el carácter de la realidad misma como mensura, porque una persona es algo distinto de una piedra o de un árbol no solamente por sus propiedades, sino por su modo de realidad... (Inteligencia y razón, p. 56-57)

En otra parte, Zubiri indica que también la vida, la sociedad, y la historia son realidades que no forman objectos en el sentido de la ciencia.

(d) Efectivamente, para Zubiri, la posición misma del conocimiento racional (la razón) en la «jerarquia» del conocimiento humano es diferente. A causa de fundarse en la aprehensión primordial, la razón es esencialmente inferior a aquella:

De donde resulta que lejos de ser la forma suprema de intelección, el conocimiento es, (por ser actualidad racional de lo real de índole lógico-histórica), una intelección inferior a la mera intelección de la aprehensión primordial. El conocimiento, repito, is sucedáneo de la aprehensión primordial ... (Inteligencia y razón, p. 316)

Esto queda como un obstáculo grande por los que tienen propósitos teológicos para la ciencia, y para quienes la renuncia de la ubiquidad y universalidad de la explicación científica sería equivalente a capitulación incondicional, para quienes una «Teoría final» de todo es el Santo Grial.,

Las limitaciones al conocimiento científico y matemático, descubrido en el curso del desarrollo mismo de la ciencia, reflejan una realidad más profunda: la estructura fundamental de la mente humana, y su habilidad de conocer la realidad por aprehensión sensible. Ya está claro que nuestra percepción de la realidad no es absoluta en todo sentido del siglo XIX, ni es tampoco cómo Dios percibe el mundo. La ciencia siempre tendrá limitaciones a causa de la apertura fundamental de la realidad:

Esta apertura es absoluta, porque por mucho que encontremos, la búsqueda jamás agota la apertura mundanal. Y esto es esencial. A diferencia de Leibniz y de Kant, hay que decir que la razón no es totalizante ni totalizadora sino que es constitutivamente abierta. Y esto no por los límites internos a la razón sino por el carácter mismo de lo real impresivamente sentido. (Inteligencia y razón, p. 103)

(2) Causalidad y leyes científicas. Zubiri tiene conciencia de la pivotal posición de la ciencia y las leyes científicas en discusiónes de la realidad. Como ha sido explicado, el punto de vista clásica ya es pasado, donde las leyes científicas eran leyes causales, y la causalidad se entendía como determinismo. Para Zubiri, la causalidad es funcionalidad en vez de determinismo, y la funcionalidad queda como el concepto más amplio. Esto quiere decir que una ley científica expresa una relación funcional entre las cantidades de interés, y el carácter de tal función puede variar mucho. El determinismo es un tipo de funcionalidad, como en el ley segundo de Newton, , donde el valor de se determina completamente cuando se sabe F y m. La probabilidad es otro tipo de funcionalidad, como en la ecuación de Schrödinger, , donde es una función de distribución de probabilidad. Sin embargo, la causalidad, en su aceptación común, juega a lo sumo un papel de fondo; el ejemplo del mismo Zubiri es el ley universal de gas, : la causalidad no es evidente en la relación entre prensión, volumen, y temperatura. En el caso de los sistemas biologicós, la funcionalidad puede volverse muy complicada; un ejemplo que viene en mente son las moléculas de DNA y su correspondiente organismo. Existen otros tipos de relaciones funcionales, p.e., la simetría como es usada en la física subatómica; y nuevos tipos que se descubriran en el futuro. Además, la funcionalidad forma parte de nuestra percepción normal del mundo:

En la filosofía clásica causa es aquello de lo que algo procede mediante un influjo real sobre el ser del efecto. Ahora bien, la causalidad no es algo dado. Nunca percibimos el influjo productor de una cosa real sobre otra....La percepción jamás percibe la causalidad, pero percibe siempre la funcionalidad: en el campo de realidad sentimos la realidad en su momento funcional como momento campal de la impresión de realidad. Percibimos que una cosa es real en función de otras, una funcionalidad que puede ser y es muy varia. La causalidad es solamente un tipo de funcionalidad, y además muy problemático. (Inteligencia y logos, p. 40)

La relación entre los conceptos claves de Zubiri: la funcionalidad, el dar de sí, la causalidad, y el de suyo se define muy estrictamente:

Por causalidad, decía, que en primer término se entiende la funcionalidad de lo real en tanto que real. Y, en segundo lugar, que en esta funcionalidad es como lo real, que es real en tanto y en cuanto es formalmente un de suyo, esta realidad da efectivamente de sí. Este dar de sí en funcionalidad de lo real en tanto que real es justamente la causalidad. (Estructura dinámica de la realidad, p. 97)

La respectividad establece la funcional naturaleze de la realidad:

La respectividad ... afecta a la constitución de cada cosa. Es aquel carácter en virtud del cual ninguna cosa empieza por ser ella lo que es y luego se pone en relación con otras, sino justamente al revés: lo que cada cosa es, es constitutivamente función de las demás. En este sentido primario toda realidad es constitutivamente respectiva. (Estructura dinámica de la realidad, p. 56)

El papel de la causalidad es problemático porque fuera de ciertas acciones humanas, es imposible identificar todos las causas de un evento específico:

Además, ninguna sustantividad, y esto es más grave, es plenariamente sede de la causalidad porque no hay ninguna realidad sustantiva (fuera de la humana, y ésta en dimensiones limitadas); ninguna sustantividad hay que sea plenariamente sustantiva. Por consiguiente, ninguna es plenariamente causa. (Estructura dinámica de la realidad, p. 90)

Para ver cómo este analisis de causalidad y leyes científicas endenta con la ciencia moderna, es necesario preguntar lo siguiente: ¿Qué se relaciona en estas funciones? Lo que se puede medir o «mensurar». Para Zubiri, el concepto de «mensura» va mucho más alla de la mensura en el sentido cuantitativo sobreentendido por la ciencia; es más bien una parte esencial de la razón como la forma más alta del conocimiento humano. Antes de entrar en el problema de la mensura y la ciencia, es necesario aclarar el nuevo y radical concepto zubiriano de la razón. La razón no es órgano de evidencia absoluta (Kant), ni la base de la dialéctica (Hegel), ni la organización de nuestra experiencia. Es lo que «nos da a pensar» en las cosas y por esto va allende o más alla de lo presente a niveles de la realidad simple y del logos:

Sólo como razón del color hay intelección de la onda electromagnética o del fotón. El color dándonos que pensar es lo que nos lleva a la onda electromagnética o al fotón. Si no fuera por este dar que pensar, no habría intelección ninguna de un allende: habría a lo sumo un aquende tras otro aquende. (Inteligencia y razon, p. 43)

Pero no debe asumirse que solamente la ciencia, por construcciones teóricas, es capaz de alcanzar tal intelección:

... el allende no es tan sólo un concepto teórico, como lo son la onda o el fotón. El allende puede ser también lo que forja una novela; no la forjaríamos si lo real dado no me diera que pensar. Lo propio debe decirse de la poesía: el poeta poetiza porque las cosas le dan que pensar. Y esto que así piensa de ellas es su poesía. Que lo inteligido así sea una realidad teoréticamente conceptuada o sea realidad en ficción, o sea realidad poética, no cambia la esencia de la intelección como razón. Una metáfora es un tipo entre otros de mi razón de las cosas. Lo inteligido del allende es pura y simplemente la intelección de aquello que el aquende, al ser inteligido, nos da que pensar. Por esto la intelección del allende es razón, es intelección de lo real en profundidad. (Inteligencia y razon, p. 43-44)

La noción de mensura, con respecto a la razón, puede entenderse ahora. Toda intelección pensante, para Zubiri, se base en un principio de intelección. Este principio lo llama «realidad-fundamento». Es en conformidad con la realidad-fundamento que una intelección pensante mide la realidad de lo que está presente, o como lo dice el propio Zubiri, lo mensura. Toma como ejemplo el cambio conceptual necesitado por la mecánica cuántica: en nuestra experiencia campal más elemental, llamamos las cosas materiales «cuerpos». Siempre se asumía que las cosas «allende» el campo también eran cuerpos. La mecánica cuántica nos reveló que lo real allende el campo no es siempre cuerpo:

Las partículas elementales, en efecto, no son corpúsculos ... sino que son otra clase de cosas materiales. Llevados por la intelección campal de los cuerpos, marchábamos dispuestos a inteligir las cosas allende el campo como cuerpos, distintos pero al fin y al cabo como cuerpos. La mensura de lo real se emprendió con un metro determinado: el metro era «cuerpo». Ahora bien, la marcha hacia la realidad nos ha abierto a otras cosas reales materiales que no son cuerpos. (Inteligencia y razon, p. 56)

Nuestro canon de realidad, en este sentido, se ha ampliado. Ese canon, por inadecuado que sea, es sin embargo esencial porque imparte una dirección a nuestra busqueda; en el caso citado, fué por buscar cuerpos que encontramos algo nuevo. La razón, en efecto, es intellectus quaerens, una busqueda. Por esto la razón es dotado de un carácter de provisionalidad:

El método científico es «una» vía de acceso a la realidad profunda, pero no toda vía de acceso es método científico....no está dicho en ninguna parte que efectivamente vayamos a llegar a este encuentro verdadero [con realidad]. Tal vez esto no sea siempre posible. La ciencia no es como Kant pretendía un Faktum sino una pretensión no sólo por lo que toca a su contenido, sino también y sobre todo por lo que toca a las posibilidades mismas de su existencia; cosa perfectamente distinta de las condiciones de posibilidad de una ciencia ya lograda como la ciencia de que Kant nos habla. La ciencia según los tres momentos constitutivos de la intelección racional es esencialmente un conocimiento problemático: un conocimiento que quiere revestir la forma de hechos experimentales, de método preciso de experimentación, o de fundamentación de verdades comprobables. (Inteligencia y razon, p. 172-173)

De esta manera la mensura, tal como se entiende en la ciencia, es subclase del tipo más general de mensura que constituye parte de la razón como intelección pensante. En efecto, la mensura en la ciencia ocurre en diversos niveles: al más bajo, es comparación de algo con un patrón fijado, p.e., un metro bastón, la cual forma parte del canon de cantidades y patrones mensurables (extensión, tiempo, voltaje, y lo demás). Al nivel intermediario, la mensura es comparación de lo que se observa con el canon de lo que ya se conoce que existe, p.e., las especies de plantas o de animales, o de las partículas elementales. Pero al nivel más alto – nivel casi no reconocido antes del siglo XX – es exploración de realidad en profundo basado en el canon de tipos o clases de realidad conocidos actualmente, p.e., los cuerpos materiales. En general, un cambio de canon en este nivel ocasiona un cambio de paradigma en sentido de Kuhn:

La razón está siempre sometida a posibles «refecciones» canónicas, que por serlo son refecciones racionales. Esta refección concierne evidentemente al contenido de lo presentado en el canon....esta refección no sólo rehace el contenido de lo presentado como real, sino que rehace la dirección misma de ulterior búsqueda, de ulterior razón. De ahí que la dirección misma de la razón sea siempre provisional. Provisional no significa que no sea verdad....significa que aún siendo verdad, es una verdad que por su propio índole está llamada no a ser forzosamente derogada, pero sí a ser superada. (Inteligencia y razon, p. 62-63)

Así, las teorías y leyes científicas son un medio de mensurar la realidad, pero no el único medio ni un medio comprensivo.

(3) Natura jerárquica de la realidad: la apertura de lo real y el dar de sí.

La ciencia nos ha revelado el carácter esencialmente jerarquico de lo real, además de su caracter dinámico a todo nivel. Esto implica relaciones mutuales entre lo que llamamos «cosas» en cada nivel, cosas que tienden a definirse por sus relaciones dinámicas con otras cosas al mismo nivel jerarquico, así como también su contribución a los niveles de arriba. Al nivel más profundo, la mecánica cuántica y el experimento de Aspect nos han revelado cómo el universo entero es, en un sentido muy real, vinculado entre sí. La ciencia, lenta y penosamente, trata de determinar la naturaleza de tales relaciones; pero la riqueza y la profundidad de la naturaleza y sus relaciones mutuales siempre exceden y escapan las habilidades de la mente humana. El nexo causal es demasiado complicado para sondear; por esto entendemos las cosas por relaciones funcionales, generalmente expresadas matemáticamente. Además, como ahora sabemos de la teoría del caos, hay muchos sistemas de comportamiento tan complejo que nunca puede haber modelo matemático capaz de predecirlos; son en este sentido su proprio más rapido computador. De Esto puede ocurrir, por ejemplo, con sistemas económicos y sistemas biológicos con respecto a la evolución. Todo eso contrasta con el tradicional concepto filosófico de cosas como sustancias discretas, basadas monoliticamente en la esencia como correlato de la definición, la cual se asume conocible en un último sentido o manera.

Otra vez, la filosofía de Zubiri es congruente con la vista mundanal que surge de la ciencia, por las nociones del carácter respectivo de toda realidad, y su correlativo, la apertura. La respectividad implica el tipo de interdependencia que ahora entendemos de la ciencia que caracteriza al mundo físico; y la apertura que implica el tipo de incompletitud radical que ha emergido en el cuadro cienfíco del mundo:

Todo conocimiento, por ser una intelección con un sistema de posibilidades libremente construido desde un sistema de referencia, es un conocimiento abierto, no sólo de hecho y por limitaciones humanas, sociales, y históricas, sino que es abierto en cuanto conocimiento por necesidad intrínsica, a saber, por ser intelección en esbozo. Y éste es un momento formalmente constitutivo de la intelección racional en cuanto tal. (Inteligencia y razon, p. 222)

La organización jerarquica de la realidad es surgerido por su complejidad:

Y esta unidad dinámica es la unidad dinámica de los grados de realidad. Digo unidad dinámica porque no me parece que la realidad sea cuestión de gradaciones (es decir, que haya unas realidades más reales que otras), sino que es una verdadera unidad dinámica in que cada realidad de tipo superior, en el orden de la realidad, se va montando sobre el substratum de una realidad inferior....Cada uno de los momentos de la realidad que he discrito subtiende metafísica y dinámicamente la realidad en su momento siguiente. (Estructura dinámica, p. 326).

En un ejemplo típico, considera Zubiri la emergencia de propiedades nuevas e irreducibles en un compuesto químico, la cual representa una transformación:

... el ácido clorhídrico, al igual que todas las realidades del mundo, es un sistema estructural. Y si el ácido clorhídrico es un cuerpo nuevo no es porque las sustancias que han conducido a él se mantengan ni actual ni virtualmente, sino porque esas sustancias han dado lugar a propiedades sistemáticas nuevas, que no son distribuibles entre los elementos que han dado lugar a la aparición del ácido clorhídrico....Las propiedades sistemáticas no se reducen a una adición y a una complicación meramente aditiva de propiedades elementales, sino que son propiedades nuevas. Y en la medida en que lo son, entonces es cuando rigorosamente hablando debe llamarse al resultado trans-formación....La transformación es el dinamismo de una estructura que da de sí otras estructuras. (Estructura dinámica, p. 137-140)

La relación o congruencia con la ciencia ya está clara: la realidad, como ha sido descubierto por la ciencia, es esencialmente jerárquica. No hay habilidad de entender todo desde un solo nivel, sino que se require multiples niveles. No hay cosa que exista por si misma, ni se entienda por si misma; sino existe y se entiende en relación con otros, dinamicamente. En un pasaje notable, Zubiri indica la conección entre respectividad y el carácter esencialmente jerárquico de la realidad:

Aquí se parte de una respectividad inicial y radical, en virtud de la cual cada sustantividad es in re esencialmente y constitutivamente respectiva. Aquí no se trata de un orden de causas sino de algo distinto: de una fundamentación de causalidad....y digo que los distintos dinamismos son diversos, se encuentran organizados, porque ... están fundados los unos sobre los otros. Los dinamismos más elementales son por esto los dinamismos básicos....[los otros] no se reducen en manera alguna a los básicos .... no podrían ser lo que son si no es fundados en los dinamismos elementales y básicos. Esto se ve claramente en el problema de un cierto tipo de dinamismo: la variación y el cambio. (Estructura dinámica, p. 103)

Ultimamente, el dar de sí se relaciona con la complejidad estructural, o nivel de organización, de las realidades:

En la variación hay el máximo de cambio y el mínimo de devenir. A medida que se sube en la escala de las realidades, ha más devenir y menos variación. Cuanto más rica sea la sustantividad, tanto más da de sí y tanto menos cambia. (Estructura dinámica, p. 104)

Las cosas no son solamente colecciones de caracteres o notas, en un sentido estático; sino tales notas tienen natura esencialmente dinámica, el dar de sí, lo cual forma parte de una estructura formal de las cosas, su momento activo, la que brota de su siendo de suyo.

 

(4) Las esencias y la naturaleze de los sistemas.

La esencia es uno de los asuntos más profundos del pensamiento humano, y ha inquietado muchos de las grandes mentes desde la antiguidad hasta el presente. El lugar central de la esencia en la especulación humana significa inevitablemente que en una edad de desarrollo científico, la naturaleza y la relación de la esencia al mundo revelado por la ciencia va a tener una importancia crítica. ¿Es que los descubrimientos científicos tienen que ver con la esencia?

Zubiri ha ampliado y ahundado el ententimiento nuestro de la esencia, en el sentido lógico tanto como físico. Reexamina los conceptos viejos de la esencia, y los rechaza todos como insuficientes, y luego propone el suyo, fundado en la noción de sistema:

... el sistema básico y constitutivo de todas las notas necesarias y suficientes para que una realidad sustantiva sea lo que es, es justamente lo que he llamado esencia. Es la unidad coherencial primaria. (Estructura dinámica de la realidad, p. 35)

Para Zubiri, es la interrelación de las notas que constituyen la esencia lo que es lo más importante; cada nota constitutiva es presente en virtud de su papel en constituir la totalidad. Las notas dependen mutuamente, y a veces pierden su identidad individual en el sistema que se crea. Toda realidad es, por eso, una unidad sistematica. La discusión presente está de acuerdo con el concepto científico moderno de las cosas como sistemas dinámicos, en los cuales la interrelación de los componentes hace que la cosa sea lo que es, con su proprio comportamiento, lo cual difiere de el comportamiento de sus componentes, y frecuentemente los oculta.

A la luz de la discusión de Zubiri, está claro que los conceptos viejos de la esencia no son congruentes con la ciencia moderna porque son lo que yo llamo «llanos». Eso es, asumen que hay un caracter absoluto en toda cosa que se puede capturar por algun acto mental, generalmente sin ayuda, sobre la base de que «conocimos» o «sabemos» la cosa. El ejemplo más famoso, por supuesto, es la definición clásica compuesta de genus y species: el hombre es «animal racional», aunque Hegel y Husserl vienen a la mente también. Zubiri observa correctamente que todos esos conceptos de la esencia son inadecuados porque no capturan su propiedad física clave, la estructura, del cual emergen todas sus propiedades o notas, incluso su dinámica, el dar de sí. Esto es más bien de acuerdo con el t… Ïn enai de Aristoteles, pero sin las connotaciones que últimamente tal concepto asumió. Claro está, el comportamiento tal como ahora lo entendemos, desde la evolución biológica hasta el caos, es de tipo diferente toto caelo que lo contemplado o imaginado por los creadores de los conceptos viejos de la esencia; y envuelve niveles de estructura que apuntan a una realidad mucho más rica y compleja que los conceptos viejos pueden expresar. En efecto, no se sabe si es posible expresar las esencias adecuadamente por el lenguaje corriente; según la evidencia, no es posible.

La actividad exploratoria de la ciencia, por el esbozo de posiblidades y el uso de los experimentos, bien puede ser la ruta principal al saber de las esencias, aunque la esencia aparece lógicamente en la aprehensión primordial. Por esto, el concepto zubiriano de la esencia es mucho más profundo, a la vez que es mucho más difícil de lograr, que las concepciones más viejas de ella. Zubiri nota,

... no habrá que buscar la esencia en el análisis metafísico de los predicados que se atribuyen a la cosa, sino por el contrario, en al análisis de las estructuras reales de ella, de sus notas y de la función que éstas desempeñan en el sistema constitucional de su sustantividad individual....Es la esencia como momento «físico» de la cosa real. (Sobre la esencia, p. 177)

Esto es verdad con respecto a los objetos físicos inanimados así como organismos biológicos, donde la estructura depende del genotipo:

... la estructura primaria de la cosa es la «constitución». Precisamente por esto es por lo que me decido a dar rango filosófico a este concepto. La constitución así entendida es de carácter «físico y no lógico»....es menester ampliar el concepto [de constitución] e introducir en él los caracteres físicos de tipo específico (el genotipo). (Sobre la esencia, p. 137)

Respecto al concepto zubiriano de esencia y la ciencia moderna, hay tres puntos decisivos: (a) el enfoque accelerando de sistemas, organizados jerarquicamente, como objeto de investigación científica; (b) reconocimiento de la enorme complejidad de la naturaleza, y la complejidad de comportamiento que muestran las cosas naturales; y (c) el reconocimiento de que no hay que postular últimas realidades «allende» lo observado.

(a) La noción de esencia de Zubiri subraya el aspecto de sistema, la cual es cada vez más el enfoque de la ciencia moderna también, en cierto modo como resultado de reconocer que el reducionismo es imposible, al menos en terminos practicales o verificables; y de reconocer que el saber de la realidad tiene que proceder por vías diferentes, emplear diferentes métodos, y hacer asunciones diferentes para cada nivel jerarquico de la realidad. Por ejemplo, el biólogo o el evolucionista utilizan asunciones y condiciones de limites bastante diferentes que el físico de las partículas elementales. Además, las cosas más altas en la jerarquia pueden poseer propiedades y notas completamente nuevas; y a causa de la dinámica de los sistemas nuevos, las propiedades de sus subsistemas componentes aislados pueden debilitarse o llegar a ser invisibles; como lo nota Zubiri:

... la sustantividad compuesta puede poseer algunas propiedades sistemáticas de tipo distinto a todas las propiedades sistemáticas de sus elementos, y ser del tipo de lo que he llamado combinación funcional. Hay composiciones en las que el compuesto, a pesar de poseer sustantividad es, al igual que sus componentes aislados, una sustancia; tal es el caso de un compuesto químico cualquiera. Pero hay otros compuestos, tales como los seres vivos, en que el momento característico y diferencial de su sustantividad es de tipo puramente funcional... (Sobre la esencia, p. 156-157)

(b) Hay también reconocimiento implícito de la gran complejidad de la realidad, constituido de sistemas de sistemas de sistemas ... lo cual no permite que se capture cosa alguna de modo aislado, en una visión corta. En efecto, como hemos aprendido durante las décadas recientes, aun los sistemas dinámicos simples pueden mostrar un comportamiento sumamente complejo. Nuestra conciencia de complejidad estructural y de comportamiento de los organismos biológicos así como niveles más altos de organización, como los ecosistemas, sigue avanzando. La noción zubiriana de esencia es bien capaz de tratar de todo esto; los conceptos antiguos, como el correlato de una definición en terminos de genus y species no lo son.

(c) Finalmente, la ciencia no busca una realidad allende los sistemas que examina; esos sistemas son la realidad en cada nivel. Por ejemplo, una sociedad es un sistema complejo con ciertas caracteristicas, algunas de las cuales pueden modelarse matimáticamente. No hay una sociedad «real» escondido detrás del sistema, que da origen a las propiedades observadas. Desde el lado filosófico, Zubiri ha dicho lo mismo:

... esta sustantividad no es algo que se halla oculto o, cuando menos, situado tras el sistema de notas constitucionales o por bajo de él, sino que es sistema mismo en cuanto tal. Por esta misma razón la esencia no es tampoco algo que se halla por debajo de la sustantividad sino que es un momento interno y formal del sistema mismo en cuanto tal. (Sobre la esencia, p. 191)

El concepto zubiriano de esencia, pues, tiene sentido desde el punto de vista filosófico así como científico. La ciencia busca los principios estructurales últimos de las cosas, generalmente en sentido cuántitativo; y ya ha abolido la distinción griega entre cosas naturales y cosas artificiales. La ciencia, por su método, nos explica el mundo, y los principios estructurales y su dinámica, y los sistemas; y tal conocimiento se funda en el logos y últimamente en la aprehensión primordial. La tarea del filósofo no es rodear la ciencia, y frustrar la investigación de la realidad por proponer esencias «verdades» alcanzado sin ayuda por mera intuición; sino que es de entender cómo las formas diversas de saber se acomodan mutuamente en un todo integrado, basado en la realidad. Si se quiere, la función de la filosofía es tratar de la realidad en el orden transcendental, en vez del orden talitativo (teniendo en cuenta que los dos no son disjuntos). No hay problema de dos tipos de conocimiento de la realidad, el uno por la esencia filosófica, y el otro por una «esencia» científica, fundado en principios completamente diferentes, con la posibilidad de otra crisis de dos verdades, tal como surgió en la Edad Media. Como lo explica Diego Gracia,

El objeto de la razón es conocer lo que son las cosas en la realidad del mundo. Y para esto no sólo es imprescindible el conocimiento científico, sino también el metafísico. Tan absurdo como querer hacer metafísica desligada de la ciencia, por tanto de los contenidos del orden talitativo, sería suprimir el conocimiento metafísico por completo, considerando que todo lo que se puede decir racionalmente lo dice la ciencia. (Voluntad de Verdad, p. 166)

 

Sumario

Las cuatro ideas fundamentales explicadas arriba son resumidas en la table 1, la cual incluye el punto de vista del siglo XIX, la situación científica actual, y la resolución zubiriana. La resolución indicada no dependiende de alguna teoría científica, sino de la naturaleza de la ciencia como trabajo humano, con sus raizes últimas en la aprehension primordial de la realidad.

 

Conclusión: Se ha creado la fundación para una «síntesis nueva» del saber

Ninguna civilización puede sostener una fuerza intelectual tan poderosa que la ciencia moderna, a la vez que falta una visión comprensiva de cómo tal fuerza endente con sus otros valores culturales y su entendimiento de la realidad. El resultado inevitable y catastrófico sería dominación por la ciencia junto con una vista del mundo filosófico, con los valores añadidos sobre la base de una ideología de moda. Se puede argüir que actualmente estamos muy próximo a tal situación. Se sabe bien de la ocurrencia análoga en la Edad Media, cuando el pensamiento Aristotélico se introducía en Europa.

Zubiri sabía bien la necesidad de esta nueva síntesis, y me lo dijó en una conversación que tuvimos en el Banco Urquijo en Madrid en 1982. Somos afortunados que vivía en un tiempo de madurez de la ciencia, hasta el punto de que es posible fundar tal nueva síntesis, a la vez que es posible evitar errores como los de Kant y los positivistas. Zubiri no basa su filosofía en el estado de la ciencia de cualquier tiempo arbitrario, sino ha creado una amplia pero flexible entrecara con la ciencia y los conceptos científicos, y ha desarrollado una explicación comprensiva de cómo la realidad que la ciencia nos remite se integra con la totalidad del saber humano. Hace todo esto por sus más importantes ideas filosóficas: la estructura tripartita de la inteligencia humana; y la naturaleza de la realidad por esencia estática (el «de suyo») y a la vez dinámica (el «dar de sí»), y las ordenes de la realidad, talitativo y transcendental, que abarcan los objetos de ciencia y metafísica. Aunque no creó una «filosofía de la ciencia», la filosofía de Zubiri forma la base de la nueva síntesis, y del entendimiento correcto de la realidad que nos remite la ciencia, respecto de los puntos siguientes:

1. Zubiri ha construido su filosofía sobre el base de un entendimiento profundo y respeto enorme de los esfuerzos del pasado para penetrar la realidad, y a la vez da una visión nueva y clara de cómo la ciencia ha cambiado la sustancia y la estructura de nuestro saber del mundo. Demuestra que hay algunos verdades, como la estructura de la inteligencia, que son anterior a toda ciencia y no la accesible, y que últimamente fundan la ciencia y todo lo demás del saber racional.

2. Los conceptos filosóficos zubirianos más importante, como la esencia, son congruente con pero no dependientes del saber respigado de la ciencia; y dan sentido a la ciencia como actividad humana que busca la verdad de la realidad, así como al analisis crítico de nuestros procesos intelectuales. Al mismo tiempo, establecen una complementaridad entre el concimiento científico y el saber metafísico de la realidad, excluyendo la posibilidad de una paradoja de «dos verdades». Además, admiten conceptos nuevos de la realidad y cambios de paradigma.

3. La «Revolución Copernica» del propio Zubiri repone nuestra experiencia fundamental – la aprehensión primordial – al centro de intelección y a la base de todo conocimiento ulterior, en vez de relegarla a una existencia obscura a la perifería y de hacer de los objetos de la ciencia la realidad «verdadera» o última. Este es importante porque solo ello puede dar sentido a nuestras experiencias básicas, sobre las cuales la ciencia está últimatmente fundada.

4. Zubiri no convierte la filosofía en rama de la ciencia, ni vice versa, sino toma una perspectiva olímpica del saber e experiencia humana, y reconoce que aunque ciencia nunca va a tomar la dirección de la filosofía, y que nuestra capacidad de entender el mundo «allende» reposa en gran parte sobre teorías y descubrimientos científicos, el entender de la propia ciencia y sus resultados depende últimamente de la estructura de la inteligencia human como sentiente.

5. Zubiri ha construido un sistema que reconoce la contribución continua de la ciencia al canon de conocimiento; un sistema que queda en diálogo con la ciencia, pero no dependiente servilmente de teorías particulares. Acomoda facilmente las ideas claves de la ciencia del siglo XX, y además las limitaciones de la ciencia ya reveladas: la indeterminación radical de la naturaleza, la estructura no-corporal de la materia, la imposibilidad del reducionismo, la naturaleza jerarquica de la realidad, y el lugar central de los sistemas en el canon de la realidad. Al mismo tiempo, Zubiri reconoce que la ciencia cambia e evoluciona como fuente de saber racional, una fuente, como otras, que es provisional y direccional.

6. Zubiri demuestra cómo otras fuentes del saber racional pueden explicarnos el mundo, por vías y en maneras diferentes que la ciencia; y por esto establece un entramado para los saberes racionales como la literatura, la poesía, y la teología, las cuales fueron efectivamente excluidas de la vista del mundo científica del siglo XIX.

 

Trabajos futuros

Para el futuro, quedan al menos los trabajos siguientes, de gran importancia:

1. Clarificación del grado de independencia que puede haber entre la filosofía y la ciencia. Ya que los dos hablan del mismo mundo, independencia completa no es posible. Por ejemplo, ¿Es posible una vuelta al determinismo estricto? ¿O a la teoría geocentrico del mundo?

2. Investigación de la relacion entre las ideas claves de Zubiri (respectividad, de suyo, dar de sí, apertura), y los conceptos científicos de jerarquia, incompletitud, y estructura de sístema. Es congruencia, coincidencia, o algo más fuerte?

3. Clarificación de la articulación entre el conocimiento del mundo en el orden talitativo y en el orden metafisico. Esto, relacionado con los dos anteriores, surge porque la ciencia y la filosofía hablan del mismo mundo, y hay cambios en la ciencia que a veces pueden afectar la filosofía.

 

Idea Clave

Vista Clásica

(~1890)

Ciencia actual

Resolución de Zubiri

Concimiento científico

Ciencia es fuente único de conocimiento verdadero, fundado en leyes deterministicas, lo cual resulta en comportamiento bien ordenado

Limitaciones fundamentales impuestas por la mecánica cuántica, la relatividad, el caos, y la complejidad; muchas veces el conocimiento solo es posible como estadístico.

La ciencia fundada últimamente en la aprehensión primordial; un método entre muchos de acercarse a la realidad «allende»; siempre incompleto y direccional.

Causalidad

La ciencia busca las causas, sobreentendido en sentido deterministico

La ciencia busca relaciones funcionales, generalmente expresadas en el lenguaje de la matemática

El saber humano (que incluye la ciencia) tiene que ver con la funcionalidad en vez de causalidad; el nexo causal demasiado complejo para desenredar

Carácter jerárquica de la realidad

Reducionismo radical es possible; jerarquía en la naturaleza es artifacto en el analysis final

Reducionismo radical es imposible; esta idea basada en asunciones falsas de la ciencia y la natura de lo real. La ciencia actual va hacia la irreducibilidad de estructuras jerárquicas.

Jeraquía implícita en la respectividad, la apertura de la realidad, dar de sí.

Esencia

O desatendida, o entendido como «llano»

Resultados científicos apoyan nuestro entender de las cosas del mundo como complejas, dinámicas, y estructuradas

Concepto hecho más amplio y más profundo, hasta el principio estructural fundamental de la cosa; reconoce la estructura compleja de la realidad

 

Table 1

Ideas claves en la relación entre la filosofía y la ciencia