II LA ACTUALIZACION EN LOGOS

 

            La actualidad en cuanto intelectiva es un despliegue de los momentos de realidad que las cosas van dejando en mí, o si queremos en mi inteligencia en cuanto sentiente. Hay que  detenerse en la actualización del logos. Zubiri le dedica expresamente el segundo volumen de la Trilogía sobre la Inteligencia[54]. Es una obra de difícil comprensión, pero entiendo que imprescindible para entender en todas sus posibilidades lo que sea el sentir intelectivo, y esa especie de giro copernicano que indica la formulación zubi

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riana de la «inteligización del logos». Ello nos dejará a las puertas de la consideración sistemática de la actualización en razón, expresión estructural -a lo que entiendo-, de la inteligencia como habitud.

            Actualidad para Zubiri -como veíamos-, es un quedar de lo aprehendido en su propia formalidad. Si esta formalidad es de realidad, y de esto aquí se trata, tenemos que toda actualidad lo es de realidad. Una vez más el esclarecimiento del concepto de realidad nos pone de manifiesto la idea de 'actualidad'. En el ámbito  de la aprehensión, si lo aprehendido queda como sin referencia a una respuesta, i.d. como algo 'en propio', tenemos la mera actualidad de realidad. Para Zubiri, en la impresión humana esto constituye el orto de la inteligencia.

            La inteligencia es mera actualidad de realidad. Aparecen ahí los momentos estructurales del 'de suyo': impresión—en propio—mera actualidad. A su vez esta estructura es un 'despliegue' del momento de alteridad de la aprehensión sentiente. A ello llama Zubiri formalidad de realidad.

            El modo intelectivo de esta actualidad de realidad es la aprehensión primordial de realidad. Este modo intelectivo tiene dos momentos bien determinados[55], el momento individual y el momento campal: 'todo lo real es individualmente y campalmente real, y es aprehendido siempre en estos momentos'(IL 14). De la consideración del momento campal arranca el análisis de la intelección en logos.

            Lo primero que hay que decir es que el momento campal abre por así decirlo un ámbito de realidad, ámbito héxico propiamente tal: 'un ámbito que aloja muchas cosas reales'(IL 15). Es el «entre» de realidad. La aprehensión primordial se modaliza.          Estamos ante una re—actualización en virtud de la cosa misma en su realidad: 'No es un acto que parte de mí, sino un modo de actualización que parte de la realidad misma en cuanto es formalmente realidad sentida'(IL 17).

            La modalización consiste en actualizar la cosa campalmente, es decir 'entre' otras cosas sentientemente actualizadas: el campo es un momento de la formalidad de realidad de cada cosa. Y como tal está dado en la aprehensión primordial.

            El campo está dimensionado:

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'primer plano, fondo y periferia son la triple dimensión, por así decirlo, del campo. Claro está que estas estructuras no son fijas [...] Porque la totalidad de este campo [...] está bordeada a su vez por una línea que determina lo que positivamente abarca el campo: es justamente su horizonte [...] La pertenencia intríseca del horizonte al campo hace de este un panorama. El modo de aprehensión de ese panorama es syn-opsis. La disposición de las cosas dentro de este panorama sinóptico es syn-taxis'(IL 23).

            El fundamento de esta estructura campal no es otro que la respectividad de lo real. Y el momento campal de cada cosa real en su respectividad es un momento de excedencia constituyente. 'La transcendentalidad es lo que sentientemente constituye el campo de realidad'(IL 29).

            La estructura del campo de realidad viene determinada, en primer lugar, por 'las muchas cosas' que en él se pueden contener. De ahí que el campo fundamentalmente no sólo 'abarca' cosas, sino que las cosas están incluidas en él. En segundo lugar, por el 'entre' en su aspecto de actualidad.

            La estructura del campo tiene un momento de posicionalidad con referencia a lo que Zubiri llama periferia u horizonte. Y un segundo momento de funcionalidad con referencia a la inclusión de las cosas en el campo (cf.IL 36).

            Esta estructura tiene una unidad muy precisa: es la unidad de los dos momentos en un «entre» funcional. Ello constituye la funcionalidad de lo real[56].

            En el análisis de esta actualidad intelectiva, la intelección en logos es un movimiento de actualidad que podemos calificar de restauración de la unidad de los dos momentos el individual y el campal, y ello como consecuencia de la actualización de la cosa misma.

            El campo pertenece a la estructura real de la cosa, pero su actualidad en la aprehensión impresiva es una mera actualidad y como tal constituye una intelección. Habrá pues que distinguir bien entre el campo y lo

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campalmente inteligido. Por lo que a la actualidad se refiere, hay que tener en cuenta que el logos como reactualización tiene su «arranque» no tanto en la reunión de ideas y su expresión apofántica (al modo aristotélico), sino en su origen del «entre» campal (fijación héxica): 'la campalidad concierne a las notas de la cosa real; el campo es una dimensión de estas notas. Pero inteligir algo campalmente es asunto distinto; es inteligir la cosa real en cuanto incluida en el campo que ella misma ha determinado antes por sus notas.  Es inteligir no la cosa campal sino inteligirla «en» el campo' (IL 45).

            Por donde quiera que lo veamos estamos ante un modo de intelección «entre», cuya funcionalidad en «por» está dada en la aprehensión primordial -aunque de modo compacto-. El despliegue de actualidad en «hacia», va hacernos ver la estructura del logos.

            Nos movemos en el ámbito de la formalidad de realidad y en la actualización modalizada, y en ésta, en el momento campal de la aprehensión primordial. Eso que entendemos por la intencionalidad del logos tiene aquí su fundamento (cf. IL 53).      Al estar constituido el logos por el movimiento entre lo que la cosa real es respecto a otras cosas reales en el campo, tiene su determinada estructura de corte esencialmente dual: 'la estructura básica del logos tiene estos tres momentos:        dualidad, dinamicidad, medialidad'(IL 55).

            Por el momento de dualidad se opone esta intelección en su actualidad a la aprehensión primordial.

            Por la remisión en la intelección dual a otra u otras cosas del campo estamos ante una intelección una, pero no unitaria; ésta es toda la distinción con la aprehensión primordial.

            La primera característica es la «remitencia» de la intelección en logos. Esta remitencia abre el ámbito para la intelección dual.

            Pero esta dualidad es dinámica. Es el segundo momento de la intelección en logos: ese decir algo  acerca de algo, es un efectivo «ir», es movimiento. Fundamentalmente lo que constituye este movimiento es un estado intelectivo, todo lo eventual que se quiera pero estado: «estado», como ya sabemos, es ante todo un «quedar en» lo que queda. Y este «quedar» no es una «relación» sino una «respectividad», y además una respectividad común a la intelección impresiva de lo real y a lo real mismo[57].

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            Hasta aquí el análisis del momento de dualidad de logos. Sólo insistir en que esta dualidad no es algo «fijado» estructuralmente; se da en el movimiento de actualidad campal. La intelección recorre la distancia de lo dual, el campo es algo físico: 'este «hacia» del «entre» es lo que formalmente constituye el campo de realidad [...] El campo no es ni un concepto ni una relación. Es un momento físico de lo real en su actualidad'(IL 73).

            La «retinencia» de lo real en virtud de su fuerza de imposición, se da en el campo como algo «excedente» respecto a cada cosa, de ahí el momento de distancia propio de la intelección en logos: 'la distancia es la distinción recorrida'(IL 65).

            En la determinación de esta intelección en movimiento, la distancia recorrida supone una orientación y esa orientación será fruto de una opción. El modo de 'hacia' sentientemente actualizado como entre funcional es lo que constituye al campo en un haz de posibilidades de dirección. Es lo que llama Zubiri, ciertamente con originalidad, campo de libertad: 'el movimiento que constituye la intelección de lo que algo es en realidad no está univocamente determinado en aquello de que se parte. Y esta falta de univocidad actualiza el campo de realidad justamente como campo de libertad'(IL 66). Es el momento de libertad que aparece en la intelección en logos. Momento que se expresa en una determinación de la inteligencia, y como tal expresión no pertenece -contra Hegel- a la estructura formal de «la» inteligencia, sino que viene determinada por 'el modo diferencial de presentación de lo real' (IL 67).

            El momento de excedencia de lo real como constitutivo del campo, nos tiene retenidos. Esta retención tiene dos momentos de actualidad: el momento de «impelencia» y el momento de «reversión». Constituyen como unidad la estructura del intentum.

            El intentum constituye un estado y por ello es algo érgico, nos tiene retenidos en una intelección expectante: 'como estamos ya en lo real, la «reversión» no es un «ir-hacia» sino un «estar-tenso-en». Sobre el intentum está fundado, tanto la noesis como el noema. Pero el nous es un ergon. Y este ergon es el intentum. La estructura primaria de la intelección no es noemática sino noérgica'(IL 70).

            El momento de medialidad es el momento fundamental para la comprensión de la intelección en logos. Hay una actualización de lo real 'medializada'. Esta actualización es intelección en distancia. Hay una auténtica posición en el campo para desde él inteligir lo que sea el momento individual. Hay un recorrer la distancia y la dualidad sin salirnos de la cosa, es movimiento de actualidad. Este movimiento de 'retracción' lleva consigo el poner en primer plano la consideración de «la» realidad como

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ámbito héxico desde el que se va a realizar la acción intelectiva del logos. El momento de retracción y el momento de estar sobre la cosas, en su unidad, hacen posible esa liberación de lo que las cosas son en realidad, para que, desde «la» realidad conseguida, podamos realizar la nueva intelección: 'la articulación de esos dos momentos, entre el momento de retracción, y el momento de estar sobre las cosas, es esencial [...] El «sobre» se funda en la «retracción» [...] en la «retracción» inteligimos «la» realidad como algo abierto a lo que las cosas puedan ser en ella. Por tanto estar en esta forma en «la» realidad es estar liberado por lo pronto de lo que las cosas son en realidad'(IL 85).

            Ese estar en retracción tiene un modo propio intelectivo, es el modo del «sería». Es el ámbito de las simples aprehensiones. La simple aprehensión sólo se da en retracción y como tal es un momento del movimiento de actualidad de la aprehensión primordial. Tenemos así el campo de inteligibilidad, ámbito de «la» realidad desde el que se va a realizar la intelección del «sería al es»: 'el «sería» es el carácter del contenido de las cosas reducido a principio de inteligibilidad'(IL 90).

            El momento de retracción es muy rico en matices: actualización en retracción, supone lo que Zubiri llama la desrealización, ámbito de..., cuya función específica consiste en suspender el contenido de lo real, para desde «la» realidad ver de aprehender lo que la cosa es «en realidad». De ahí que la intelección en que «la» realidad se actualiza sea la realización de las simples aprehensiones: 'la intelección en que «la» realidad se actualiza no es una intelección vacía, huera, sino que es una intelección en la cual a medida que se actualiza el ámbito se van elaborando en él una o varias simples aprehensiones'(IL 94).

            Esta realización es una realización liberada, es fruto de una opción tomada en función de las simples aprehensiones que 'están' en el campo de realidad de la cosa. Luego el contenido de la intelección está connotado de un punto de libertad. Este proceso intelectivo es una auténtica creación, es actualizar en contenido libre la realidad física desrealizada.

            Tres son los tipos de simples aprehensiones: el percepto, el ficto y el concepto, cuya unidad constituye la definición del «en realidad».

            Desde el ángulo de la actualidad, la intelección en su momento medial al realizarse en perceptos, fictos y conceptos agota por decirlo así, toda al virtualidad del logos[58].

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            Vuelve ahora a primer plano del análisis, el «intentum». En la concepción clásica, el concepto es fruto de  una abstracción como término final del proceso. No es así en la concepción zubiriana. Sí se da abstracción, pero sólo como dirección intelectiva. Lo que la mente verdaderamente realiza desde «la» realidad es una construcción de simples aprehensiones, y el «intentum» se resuelve definitivamente en el momento del logos como afirmación. Por el momento de impelencia, la cosa real nos retiene en «la» realidad campal.

            Esta retención en «tensidad» pone de manifiesto el segundo momento de reversión: desde el orbe del «sería» inteligimos lo que la cosa «es» en realidad; es la intelección realizada en discernimiento, cuya figura o modo intelectivo es el juicio. En rigor, frente a la simple aprehensión como intelección retroactiva, o de lo que la cosa «sería», tenemos en la afirmación la intelección reversiva, o de lo que la cosa es «en realidad». Pero ambas se constituyen en un movimiento de actualidad por tanto «en la realidad». El vocablo afirmación indica la «firmeza» por contraposición al carácter de «retraimiento» de la intelección en simple aprehensión.

            Afirmación es término de un movimiento, movimiento de actualidad y de algo en origen sentido. Este movimiento afirmativo es logos, y su momento esencial es el momento de distanciación. La distancia recorrida (bien entendido, distancia de actualidad) es lo que constituye la

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afirmación como tal. Como bien dice Zubiri, no es una intelección dinámica (de por sí), sino un movimiento producido por la tensidad de lo real, o lo que es lo mismo por la estructura del campo de realidad: 'solamente cuando la intelección sentiente intelige en distancia es cuando tenemos movimiento. El dinamismo dialéctico es, pues, un momento estructural de la intelección, pero tan sólo de la intelección afirmativa, porque ésta, y sólo ésta, es intelección distanciada. La intelección en sí misma no es dinámica'(IL 117).

            Al ser la afirmación una intelección de lo real «en distancia reversiva», primero está fundada en la aprehensión primordial, y segundo al ser reversiva no añade nada a lo real en que se está. De ahí que no sea el juicio una relación, sino sencillamente una re-actualización.

            La afirmación es pues una intelección desde la actualidad de lo real, su característica primaria respecto de su movimiento es el tanteo, al que Zubiri llama el ámbito de holgura para la aseveración (cf.IL 122).

            A este tanteo llama Zubiri, discernimiento. Es lo que posibilita toda capacidad de actuar conforme a la habitud o sistema de habitudes adquirido; de ahí su importancia. Hay que distinguir bien entre afirmación y discernimiento. Afirmación es actualización desde el momento diferencial de la aprehensión primordial. Es formalmente una re-actualización. El discernimiento sí es acto mío en cuanto que se constituye desde el tanteo, y es el modo que tengo de moverme en la realidad en la que intelectivamente me encuentro 'para' y 'realizando' la afirmación. (cf.IL 125)

            Desde el punto de vista de la actualidad, la afirmación como afirmación constituye una actualización determinada de lo real. Pero esta actualización tiene un carácter muy determinado, ese carácter es la expectación. Expectación que en realidad es algo privacional: '...Expectación es la intelección de lo otro en su primer presentarse como otro'(IL 173).

            Los varios modos en que se resuelve la actualización de la expectación (propiamente re-actualización), constituyen los distintos modos de afirmación[59]. Apurando más el concepto del modo de afirmación, pende funda

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mentalmente, por una parte de la fuerza con que las distintas actualizaciones de lo real «fuerzan» la realización de la expectación, y por otra de la firmeza con que la afirmación se realiza. Tres son los momentos cuya unidad nos proporciona la estructura de la afirmación modalizada: el momento de aporte de las simples aprehensiones, el momento de reactualización y el momento de intención afirmativa (cf.IL 179-180).

            El momento de medialidad de la intelección en logos hace referencia a «la» realidad como ámbito de las simples aprehensiones. La realización de una o varias de éstas es lo que viene a constituir la reunificación del momento campal con el momento individual de la aprehensión primordial. Hay una oquedad, digamos estructural, producida por la posible indeterminación en la unidad del momento individual y el momento campal, o lo que es lo mismo entre la cosa real y lo que es «en realidad».

            La actualidad de esta oquedad es, para Zubiri, privación (y no mera carencia). He aquí una limitación de la inteligencia sentiente, y con repercusión precisa en su modo de haberse con las cosas en su actualización fragmenaria y penosa las más de las veces, en esa denodada pugna de la mente con la realidad. La estructura de esta oquedad viene determinada por la unidad de realidad diferenciada en la actualización del momento individual y el momento campal: 'esta actualización de una cosa real tiene como momento formal suyo lo que pudiéramos llamar una interna «oquedad»'(IL 212).

            La actualización de esta oquedad tiene un momento dinámico de 'agitación': es el aggere, es un momento de exigencia de realización de la simple aprehensión en la cosa ya actualizada como real. Es la evidencia en virtud de la cual realizamos una o varias simples aprehensiones sobre otras posibles. Es el momento de fuerza de imposición de toda realidad en impresión, aquí determinándose en la dirección de la realización del «sería» al «es en realidad». 'La evidencia es visión exigencial [...] exigencia visiva de carácter dual...'(IL 219).

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            La evidencia es culminación de la oquedad en el medio de 'la' realidad, y su nota esencial es la exigencia[60].

            La evidencia surge del momento héxico de la exigencia. La evidencia es determinación; en esto estriba su diferencia con la aprehensión primordial. 'Evidencia es determinación; aprehensión primordial es actualización'(IL 222).

            El dinamismo de la evidencia es propio de la realidad en distancia; es algo mediado y por tanto logrado y no dado.

Pertenece al orden de la realidad y no al orden del ser: 'es el dinamismo de la realidad que «exige» y no  el dinamismo de la realidad que «es» [...] Nunca hay evidencia del ser [...] sino que hay siempre y sólo evidencia exigencial de lo real [...] El dinamismo exigencial no es sino el dinamismo realizante de la simple aprehensión en la actualidad de la cosa real. Es un dinamismo de lo real en actualidad'(IL 229).

            Esta exigencia -como evidencia- tiene unos caracteres muy precisos. El primero es el carácter de evidenciación como necesitante. El segundo, el carácter de ex-actitud: 'la evidencia queda contenida en el límite estricto de lo exigido. Y este estar contenido en los límites de la exigencia es la exactitud' (IL 231).

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            Frente a Descartes, la evidencia es algo noérgico: es la exigencia del estar como algo previo -aun en el mismo Descartes-, a la claridad: 'en el movimiento intelectivo sólo es clara aquella visión en que la claridad está constituida por la exigencia constitutiva de la cosa'(IL 233).

            Frente a la plena claridad o impleción (Erfüllung) de Husserl, Zubiri insiste en la «fuerza de visión» como algo previo y fundante de toda impleción (cf. IL 237-238).

            La verdad no es correlato de la realidad, sino que se fundamenta en ella, ya que toda actualidad lo es de realidad, y la verdad no es más que el carácter intelectivo de la mera actualidad de realidad (cf.IL 255).

            La cosa real está actualizada doblemente como real y entre otras cosas reales. Luego hay una doble actualización de la verdad, vista ésta desde lo que realmente es: el carácter intelectivo de la actualización de realidad. Pero como la segunda intelección, la de la afirmación se fundamenta en la primera,-es un despliegue de la aprehensión primordial-. Así la verdad de la afirmación esta fundamentada en la verdad real de la aprehensión primordial. El movimiento intelectivo que se da en el campo de actualidad, en su actualidad realizada, pone de manifiesto la dualidad de la verdad de afirmación: 'la actualidad coincidencial no es formalmente verdad sino que es más bien ámbito de verdad dual'(IL 261).

            Desde el punto de vista de la verdad, el medio es la verdad real del campo, precisamente por ser actualización de la cosa real «entre». La coincidencia en la que consiste la verdad dual, no viene dada por una especie de síntesis lograda por una tercera «cosa». No, todo este proceso no es «exterior» a la inteligencia y a la realidad. Es despliegue de realidad en actualidad: 'la verdad como coincidencia es ante todo coincidencia de la afirmación y de la cosa «en» la realidad. Y esta realidad es entonces el «en» mismo, esto es, el medio; algo por tanto que es intrínseco a la inteligencia y a la cosa'(IL 267).

            Al ser el juicio afirmación en «medio» de realidad, expresado en el «la» de la realidad, lo que realmente se expresa en el juicio es lo que una cosa es «en realidad de verdad». De ahí la apertura incoativa de la verdad real como tal: 'La verdad real está incoativamente abierta a ser actualización de lo real en coincidencia, esto es, en realidad de verdad, y constituye justamente el medio intrínseco y formal de esta última actualización'(IL 270).

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            Pero esta apertura, cuya toma de distancia supone un «desde» y un «hacia», tiene a su vez una dirección muy determinada. Esa determinación es la realización de la simple aprehensión, y es un auténtico dinamismo. El momento dinámico viene determinado por la exigencia, y el momento de actualidad por la coincidencia (cuyo modo intelectivo es la rectitud). La medialidad y la direccionalidad son momentos de la cosa actualizada en «la» realidad (cf. IL 275).

            La direccionalidad (desde-hacia) y su realización en la intelección afirmativa nos pone ante un nuevo modo de actualidad de importancia decisiva en el pensamiento noológico de Zubiri: el parecer es una actualidad de la cosa real. El contenido del parecer será pues lo que la cosa es 'en realidad'. La diferencia entre parecer y realidad viene marcada por la incompacción (que viene a ser el modo de actualidad de la oquedad más arriba descrita): 'incompacción es la diferencia entre realidad y parecer'(IL 280). Hay un despliegue de actualidad de la verdad real, cuya realización es el parecer como término formal del juicio.

            El momento de distancia de la intelección campal, es por una parte la unidad de desdoblamiento entre el momento individual y el momento campal, pero a su vez hay otro momento que es -en la distinción recorrida-, la unidad entre «ser en realidad» y parecer. Esta unidad de desdoblamiento en su actualidad deja patente la dualidad de todo juicio entre ser y parecer.

            Siempre habrá una «ambivalencia» en orden a la verdad. Es aquí donde hay que situar el concepto Zubiriano de valencia: 'valencia [...] es la cualidad de la coincidencia entre parecer y ser'(IL 283).

            La vía de la afirmación entre la simple aprehensión y la cosa real culmina así en la opción realizada en coincidencia convergente, cuyo modo intelectivo es la rectitud: 'para que haya afirmación tiene que haber coincidencia, convergencia, rectitud, entre la simple aprehensión y la cosa real'(IL 284).

            La expresión de esta actualización coincidencial es de índole categorial: 'las categorías [...] son las líneas direccionales de actualización de lo real en cuanto real según diversas dimensiones'(IL 286). (El tomar el parecer por realidad constituye la vía del error, es una vía privacional).

            La verdad real es ámbito para la verdad del juicio, de ahí que la realización del jucio es un acontecer en verdad, es el dinamismo de la actualidad intelectiva en su movimiento de distancia realizada: 'la cosa real en cuanto inteligida, está inteligida en cuanto «realizando» en ella una simple aprehensión. este gerundio expresa el momento dinámico de lo afirmado «en cuanto afirmado»: la actualidad de lo inteligido es actualidad realizante en la línea de la actualidad en cuanto tal' (IL 296).

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            La coincidencia en la primera fase (primera realización de la simple aprehensión), su modo intelectivo es la autenticidad. La segunda fase es conformidad. Zubiri lo describe por medio de un ejemplo: 'en la autenticidad es el vino o el blanco lo que se mensura con la idea del vino o del blanco, lo real en su «parecer» se mensura por la idea; mientras que en la intelección afirmativa el «parecer» se intenta mensurar por la realidad [...] ¿qué es lo real con lo que se confirma la verdad? [...] no es la nuda realidad [...] sino lo real actualizado coincidencialmente en la intelección'(IL 305).

            Esta coincidencia entre inteligencia y realidad es de orden intencional, ya que como notas, inteligencia y realidad son irreductibles. Es otra manera de decir que se da entre ambas una unidad estructural de actualidad[61].

            En esta actualidad «coincidencial», está lo real, el parecer y el ser, ¿en qué orden... de actualidad?: 'lo «real» actualizado y la actualización «intelectiva» de lo real son numéricamente una misma actualidad. El parecer y el ser real se dan en la misma actualidad intelectiva. De ahí la posibilidad de comparar no sólo un juicio con otro, sino la posibilidad de comparar un juicio con lo real' (IL 309).

            Pero en toda actualización de lo real, por ser real hay un prius, es la presencia de lo real, ¿cuál es el modo «actualitatis»  del prius de lo real en la intelección afirmativa?: 'el parecer lleva a lo real como algo real que está actualizado en la misma actualidad que el parecer. He aquí el fundamento de la discernibilidad del error y de la verdad: la actualidad coincidencial del prius en cuanto tal' (IL 310).

            La consideración de la actualización del prius de realidad nos lleva a un tipo de unidad principial entre la evidencia (como exigencia de) y

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verdad. De aquí arrancan los «verdaderos» modos de dar lo real verdad en las actualizaciones intelectivas[62].

            La exigencia es pues presencia del prius en la actualidad conicidencial entre parecer y ser, y el fundamento de su inteligibilidad. Como todo ello se da en actualidad intelectiva, el prius es fundamento del 'acontecer' de la verdad dual. El acontecer de la verdad dual consiste en conformidad. Llama Zubiri a esta conformidad, «enfoques justificados». Me parece una expresión feliz. Lo importante es resaltar la diferencia entre conformidad y adecuación: 'sólo la diferencia entre aprehensión primordial de realidad y intelección en distancia de lo que es en realidad, es el origen de la diferencia entre conformidad y adecuación' (IL 322).

            Esta conformidad es dirección...hacia la adecuación; de ahí que el ámbito de la verdad dual sea el ámbito de la inteligibilidad humana: 'no sólo cada verdad dual, sino también «la» verdad dual es aproximación a «la» verdad real. Es la obra entera del saber humano: aproximación intelectiva a la realidad'(IL 328).

            Como la realidad se me da en impresión, la apertura como nota de la realidad será también nota de la realidad actualizada, y por ello será también el carácter de la verdad real.

            Como carácter de la verdad real, es a su vez fundamento de la unidad de la verdad dual con la verdad real.

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            Esta apertura de la verdad es actualización de realidad en su momento campal. De ahí la consideración de Zubiri de lo que sea la Ciencia y la Filosofía, atendiendo a este aspecto de la actualización de realidad: 'si llamamos ciencia a la verdad de la unidad cósmica de lo real, y llamamos filosofía a la verdad de la unidad transcendental de lo real, habrá que decir que esa diferencia de tipos de saber, pende esencialamente de la índole misma de lo real sabido. Ciencia y filosofía son verdad abierta. El saber humano es la ingente actualización de esta constitutiva apertura cósmico-transcendental de lo real' (IL 335).

            Esta apertura de lo real es posible, precisamente gracias al modo cómo la realidad humana actualiza sentientemente la realidad. Es un modo directamente héxico: 'el hombre no sólo es un animal cuya vida es abierta, sino que es antes que nada el animal intelectivamente actualizante de la apertura misma de lo real como real' (IL 336).

            La consideración del ser en el ámbito de la verdad dual y de la realidad, pienso que se viene a reducir a la consideración del ser como un modo concreto de actualidad, pero en el ámbito de la actualidad intelectiva. De ahí su oblicuidad. El que toda actualidad lo sea de realidad, conlleva el que la primigenia actualidad lo sea de la realidad en cuanto respectiva. La unidad de la respectividad de lo real en cuanto real, es mundo, y su modo de quedar o actualidad, es ser. Es la realidad quien se actualiza, si vale hablar así, o mejor dicho, 'el ser' sólo es expresión de la realidad, pero de la realidad como actualizada...en el campo, o en el mundo de la intelección sentiente. Reforzando esta idea: la realidad en su respectividad (en esto consiste la actuación de la realidad, son sus dinamismos) constituye radicalmente mundo. La actualización de este mundo, es ser, y el modo de esta actualización es tiempo: es la obra de 'Sobre la Esencia' y de 'Estructura dinámica de la Realidad'. Pero la realidad actualizada en intelección sentiente: se ex-presa en campo y mundo. Esa expresión supone la actualización im-presiva en campo y mundo, cuyas modalizaciones intelectivas son logos y razón (cf.IL 358).

            Respecto al «no ser», Zubiri sitúa su actualidad en la oquedad del movimiento intelectivo de la afirmación, concretamente en la realización del «sería»: 'La intelección afirmativa es en primer término una intelección en distancia, es en segundo lugar la apertura de una oquedad, la oquedad del «en realidad», es finalmente una actualización de lo real en esta oquedad por un movimiento intelectivo. Por tanto preguntarnos qué es el «como es», es preguntarnos por un modo de actualización en movimiento de la cosa real en la oquedad del «en realidad» [...] La oquedad del «sería» [...] es la actualización de la cosa según una doble posibilidad: la posibilidad de ser o la posibilidad de no ser la actualización de determinada simple aprehensión' (IL 373). 'la oquedad [...] es un momento de lo real actualizado' (IL 377).

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            Es la formalidad de realidad actualizada la que en su despliegue de actualidad hace patente los distintos momentos de la realidad de lo sustantivo (siendo), la realidad de lo afirmado, y la unidad dinámica de lo sustantivo y de lo afirmado.             Expresamente frente Hegel, precisa la diferencia entre lo dinámico de esta unidad y la dialéctica en cuanto tal: 'unidad dinámica no es dialéctica. La dialéctica, sea cual cualquiera la estructura que se le asigne, es siempre y sólo un «paso» de una posición intelectiva a otra, no es dialéctica en cuanto tal [...] La realidad está presente en la aprehensión primordial de realidad, y está afirmada, en lo que es en realidad, en la intelección afirmativa. Sólo en ésta cabe un pasar' (IL 387).

            Lo que sí hay es el momento de distensión, en respectividad, de la realidad actualizada: es el momento campal de la aprehensión primordial. Pues bien, esta distensión no es un pasar, sino un despliegue de actualidad. Esta unidad de distensión y despliegue entre el ser de lo sustantivo y el ser de lo afirmado viene expresada en ulterioridad tempórea. Es la expresión de la 'y' (sustantivo y afirmado): 'el ser de lo sustantivo determina en ex el ser de lo afirmado' (IL 389).

            En definitiva, la verdad real viene a ser el carácter primario de la mera actualidad de realidad, y el fundamento de toda verdad del despliegue de actualidad en connotación intelectiva. Porque la verdad real como ámbito de realidad, está constituida en la unidad estructural de realidad (reidad), ser e intelección: y ello constituye la estructura de la héxis intelectiva.

            En este orden de análisis estructural, la modalidad de actualidad en «razón» nos llevará al límite de las posibilidades de la inteligencia sentiente (entendida como modo de haberse, o momento posesivo de eso que llamamos «realidad»).



    [54] Xavier Zubiri, Inteligencia y Logos,(IL), Alianza Edit., Madrid, 1982, pp.398.

    [55] La fijación de estos momentos pertenece a lo héxico o habitudinal. No vamos a insistir más en ello.

    [56]  De las formas que puede adoptar esta funcionalidad la que más nos puede interesar desde el punto de vista de la actualidad, es la determinación del espacio. Para Zubiri el espacio constituye una de las cuatro falsas sustantivaciones de la historia del pensamiento a las que Zubiri hace alusión en el Prólogo a la edic. inglesa de NATURALEZA HISTORIA DIOS.  «El espacio» constituye la primera parte del último inédito de X.Zubiri, o.c. ETM, pp.11-208. Es la espaciosidad como cualidad del momento de posición, la que constituye el fundamento de eso que llamamos espacio. Desde el punto de vista de un análisis estructural es perfecta la descripción de Zubiri entre funcionalidad, espacio, movimiento:

'El espacio está fundado en la espaciosidad. Y esta       funcionalidad pende de las demás notas de las cosas. Es decir, son las cosas las que determinan la estructura de la funcionalidad, esto es la estructura del espacio. Esta determinación es a mi modo de ver el movimiento: la estructura del espacio es entonces la impronta geométrica del movimiento.'(IL 37)

    [57] Estamos ante lo estructural de la inteligencia como habitud: es la descripción del ámbito héxico.

    [58] Los textos que van a continuación sirvan como constatación de lo que entiendo, que es fundamental para la compresión del modo cómo en la intelección se articulan estas realizaciones:

 

            '....el percepto es la forma primaria y posibilidad misma de toda otra simple aprehensión.

            Este percepto en cuanto tal es una libre creación [...] Pero reducir este contenido a mero percepto es un acto mío de liberación [...] La liberación y por tanto la desrealización sólo es posible en una actualización diferencial'(IL 97).

            '....las notas oriundas de perceptos pueden entonces ser libremente creadas para hacer de éllas un nuevo cómo'. El término de este movimiento intelectivo creador del 'cómo' es un 'cómo' fingido: es un ficto, un fictum. El ficto es formalmente ficto de un 'cómo''(IL 99).

            'La libre intelección expectante tiene respectivamente las dos formas de percepto y ficto. Son las dos primeras formas de simple aprehensión'(IL 100).

            'El concepto es 'la' realidad física misma como si fuera este 'qué'; concebimos qué sería realmente la cosa, lo que ésta sería en realidad [...] el concepto es el 'qué' de la cosa reducido a mero término de concepción [...]

            El qué es la 3@ dimensión de las cosas actualizadas al ser aprehendidas a distancia. En la retracción queda actualizado ahora el 'qué' en cuanto tal. En la aprehensión primordial de realidad hay un qué ciertamente, al igual que hay un 'esto' y un 'cómo' [...] Sólo en la simple aprehensión en distancia quedan estas dimensiones actualizadamente discriminadas: esto, cómo y qué'(IL 101)

            'En el ámbito distanciado concebimos libremente los 'qués'. Estos 'qués' son, en efecto, lo que 'la' realidad 'sería'. Es un movimiento libre. Pero su libertad está perfilada por la aprehensión primordial de realidad desde la que hemos partido en la aprehensión dual [...] Es una libertad que nos dan las cosas aprehendidas en aprehensión primordial de realidad para concebir a las demás [...] Este movimiento liberador es creador. Lo que crea es la forma en que el campo de realidad se actualiza y la forma en que se realiza lo que son las cosas reales en él'(IL 102).

 

    [59] Los modos de actualización  y sus correlativos modos de afirmación los vemos resumidos en el siguiente texto:

            'La actualización puede ser indeterminada, indicial (clarescencia borrosidad, indicación), ambigua, preponderante (clinamen, gravedad, vencimiento), obvia, efectiva. Correlativamente  quedan determinados los modos de afirmación, de realización: ignorancia, barrunto (vislumbre, confusión, sospecha), duda, opinión (inclinación, probabilidad, convicción), plausibilidad, certeza'.(IL 206)

    [60] Para determinar el concepto de evidencia hay que resaltar sus diferencias, esenciales, con la aprehensión primordial y con la intuición. Zubiri lo analiza bajo los epígrafes de intuición y concepto (IL 239). Los textos siguientes resumen para mí esta cuestión:

 

            "....Los conceptos no inteligen la cosa real concibiéndola sino afirmándola según concepto."(IL 240)

            "La intuición no es sino la dimensión noética de la aprehensión primordial de realidad."(IL 242)

            "...en rigor la irreductible individualidad misma de lo intuido es un límite inaccesible a toda evidencia. La intelección de lo real intuido jamás se vaciará exhaustivamente en la evidencia."(IL 244)

            "El rigor propio de la evidencia no es posición sino exactitud: intelección constrictivamente exigida por lo real."(IL 245)

            "El término formal de la evidencia es discriminación de exigencias, no distinción de notas [...] al ser discriminante de exigencias, la evidencia queda contenida en los límites estrictos de lo exigido [...] Aquí se ve que la diferencia innegable entre aprehensión primordial y evidencia no es una contraposición. Es algo distinto: es una oquedad. Y esta oquedad no desaparece jamás."(IL 247)

 

Desde esta perspectiva, la unidad de concepto e intuición no pertenece a la unidad de conocimiento (contra Kant), sino a la unidad de intelección, de ahí su unidad estructural, cuyo despliegue de actualidad está expresado en el ex, de la ex—igencia evidencial; y la intelección desdoblada es la afirmación en cuanto realizada:

 

            "La unidad de intuición y concepto no es unidad de objeto y cualidad sino unidad de formalidad: unidad de realidad." (IL 249)

            "....es una unidad rigurosamente estructural [...] una unidad no noética, sino noérgica: es unidad de aprehensión [...] Esta unidad se desdobla en dos intelecciones tan sólo cuando lo que se intelige es una cosa real 'entre' otras [...] Entre estos dos modos hay una unidad: no es 'unidad de síntesis' sino 'unidad de despliegue'. Este despliegue es lo que constituye el 'ex' de la 'e—videncia'."(IL 250)

            "La intelección de lo real en este despliegue es la afirmación. Se halla determinada por la evidencia como            momento exigencial. El concepto es intuición exacta: la intuición es exigencia de concepto, esto es, de despliegue."(IL 251)

 

    [61] La privación de autenticidad y conformidad es en lo que consiste la apariencia y la deformación, respectivamente:

'Cuando la realización afirmada como tal es intencionalmente conforme con la realización de lo real en su actualidad, entonces y sólo entonces hay verdad en el sentido de verdad del juicio [...] Apariencia y deformación son ambas privaciones. No reposan sobre sí mismas sino sobre la presunta verdad de autenticidad y de conformidad'(IL 307).

    [62] Importante consideración sobre todo para la comprensión de 'Inteligencia y Razón':

"Autenticación, veridictancia y verificación:  he aquí los tres tipos de verdad en cuanto verdad, esto es, los tres modos según los cuales lo real es un prius en la actualidad."(IL 316)