5. "¿Qué es Saber?"

                        Texto de 1935. NHD 61-87

 

            Zubiri publica en el número 30 de «Cruz y Raya», septiembre, 1935, un estudio titulado Filosofía y Metafísica. La primera parte es una introducción a la fenomenología: La fenomenología como «idea de la filosofía». Su encarnación en Husserl, Scheler, Heidegger. Y una segunda parte, que titulaba: Digresión previa. El saber humano en general. Y que bajo el título de «qué es saber», reproduce en «Naturaleza Historia Dios», y es el que a continuación analizamos en función de la «héxis».

            El ir de Zubiri a las cosas mismas, según el aforismo husserliano, se pone de relieve hasta en el modo 'in medias res', de comenzar el estudio:

                        "Supongamos que se nos ofrece una copa de vino [...] Parece vino, pero no lo es. Para rectificar el error, obligamos al líquido en cuestión a descubrir su aspecto verdadero, y lo comparamos con el aspecto que ofrecía antes el vino."(NHD 61)

 

            Las cosas están constituidas fundamentalmente por los rasgos que las configuran. Es la primera acepción de eidos, como tipo o figura. Zubiri va a usar el término «aspecto» no en el significado de apariencia, sino en el más preciso de "figura verdadera de las cosas".(NHD 61)

            En la aprehensión de esa apariencia del vino, hay como una especie de peculiaridad de la cosa. Ello va constituir la huella para la «Idea» platónica:

                        "Cuando queremos enseñar lo que es el vino a alguien [...] enseñarle el verdadero aspecto del vino. Al aprehenderlo en su experiencia, lo primero  que ha aprehendido, aun sin darse cuenta de ello, es algo peculiar  al vino, y por tanto, no exclusivo de este vaso [...] Por esto Platón lo llamó Idea [...] Algo que está en la cosa, sus propios rasgos [...]

                        Los llamados rasgos reales no hacen sino «estar» simplemente en la realidad; los otros no «están» en ella, sino que más bien «resplandecen» positiva o negativamente en las cosas. Platón considera primariamente la

 

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realidad desde este segundo punto de vista, como relucencia de algo, y a este algo llamó Idea, el aspecto de las cosas en su segunda dimensión." (NHD 62-63)

 

            Si juntamos esta idea de cosa a la idea de «sentido»: los sentidos nos dan el parecer de la cosa:

                        "Por esto lo que llamamos «cosa» es, para los sentidos, un simple «parecer» ser tal cosa, sin poder decidir si lo es o no de veras."(NHD 63)

 

            Esta especie de progreso en el análisis es muy de Zubiri: adentrarse por las unidades de comprensión, hasta dar con el valor de la «aprehensión» y de la «actualidad».

                        "Pero además de sentidos, el hombre tiene un modo de experiencia con las cosas, que le da de plano y por entero, de un modo simple y unitario, un contacto con las cosas tales como son «por dentro», por así decirlo..."(NHD 63)

 

            Habla de una especie de sentido del ser. Como un modo de haberse, a la manera de una «habitud»:

                        "todo comportamiento con las cosas lleva en sí la posibilidad de esta «experiencia». Y sólo eso es lo que propiamente llamamos «saber» lo que una cosa es, saber a qué atenernos, en punto a lo que ella es y no tan solo a lo que parece. A esta «experiencia» llamó el griego noûs, mens. Pues bien: el «aspecto» de las cosas [...] no es sólo el contenido de los sentidos, sino, sobre todo, este elemental y simplicísimo fenómeno del acto mental, del noeîn, que nos da lo que una cosa es."(NHD 64)

 

            Estos análisis de Zubiri, no sólo prenuncian los futuros de la Trilogía, sino que, a mi entender, ponen de manifiesto esa idea de la inteligencia como una «héxis». Es todo un preludio de su propia idea de la Realidad y de la Inteligencia.

            El primer momento de inteligencia y realidad, en lo operativo, se resuelve en el estar entre cosas y en el decir algo sobre ellas: de aquí va a brotar toda la virtualidad del saber: la complejidad de lo que llamamos el logos.

                        "El hombre no está simplemente ante las cosas, sino que se mueve entre ellas, decidiendo en cada caso sobre lo que son [...] Esta decisión o «fa

 

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llo» es un «hacer suyo» lo que las cosas son, «entregándose» a ellas. Tal es el «decirse» [...] Al decirse que son tal o cual cosa, «discierne» las reales de las aparentes, falla acerca de ellas, escinde las que son de veras, de las que no lo son [...] Esta decisión es una de las dimensiones esenciales que para el primitivo griego poseía el lógos. Y, conforme a ella, saber significó primariamente discernir lo que es de lo que no es; o como se decía, el ser del parecer ser. En definitiva, poseer las ideas de las cosas."(NHD 64)

 

            Esta «posesión» de que habla aquí Zubiri, responde a la idea griego de eÄcw: es el tener, por haberlo elaborado en un proceso que supone la susodicha experiencia:

                        "La verdad de nuestras decisiones, de nuestro logos, no consiste sino en contener esa «experiencia». Parménides fue quien primeramente lo vio con claridad temática. Y Platón aceptó de él esta vieja lección". (NHD 65)

 

            Pero el saber es algo más complejo. Y desde su análisis va a dar con las etapas de lo que fue para los griegos el «saber»:

                        "...el desdoblamiento no es sino un explicitar cada uno de los momentos de la «idea», del «aspecto», cada uno de los rasgos de la «fisonomía» de la cosa. Entonces [...] circunscribimos con precisión los límites donde la cosa empieza y termina, el perfil unitario de aspecto, de su idea. es la «definición». Saber no es discernir, sino definir. Tal es la gran conquista del platonismo."(NHD 65)

 

            La figura de Aristóteles es como un paradigma en la filosofía sistemática, desde el punto de vista de Zubiri. Ello es debido, entiendo, fundamentalmente al tratamiento que el Estagirita da al saber como actividad.

            Zubiri empieza a vislumbrar lo que será la realidad como un «prius», al hilo de estos análisis en que reproduce,—según él—, el proceder de Aristóteles:

                        "En realidad, hay algo más: el vino auténtico tiene tal aspecto porque «es» vino. Esa su idea o aspecto no es sino la patentización de lo que es, de lo que era antes de que se mostrara. La verdad de la cosa se funda en el ser mismo de ella [...] la esencia, no sólo como contenido de una definición, sino como lo que esencialmente constituye la cosa; la idea, como «figura», es lo que antes «configura» a la cosa [...] Este «ser-propio-de», esta «propiedad» o «peculio» y la «suficiencia» que lleva aparejada, es lo que el griego llamó ousía, sustancia de algo...."(NHD 66)

 

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            Zubiri va a fijar aquí el valor filosófico de la necesidad. Aristóteles es el gran artífice del saber de «lo necesario». Es la de-mostración. Y Zubiri ve en esta demostración la vinculación definitiva del saber a la Idea. La cita que transcribo a continuación tiene, para mí, el anticipo de la idea de «habitud», de «aprehensión», y de «actualidad», propias de su filosofía madura:

                        "Pero la mens no se limita a ver lo que la cosa es de veras. Comienza por «hacerla» visible. Quien no esté dotado de sensibilidad para hacerse amigos [...] Sólo quien posee aquella sensibilidad puede descubrir en tal persona determinada «al» amigo, o a quien «no lo es» sino que es un simple «otro». Aristóteles compara, por esto, la mente con una luz que ilumina al objeto, «haciéndolo» visible para quien lo posee: la mente confiere, a la vez, «visibilidad» al objeto y «capacidad» de ver al hombre; hace, a la vez, de aquel un nóêma, y de éste una nóêsis. Esta obscura relación, barruntada ya por el viejo Parménides, adquiere en Aristóteles toda su plenitud..."(NHD 70)

 

            La simplex mentis inspectio, expresión latina de la visión de los principios: su desarrollo culminará en las filosofías de Descartes y Leibniz.

                        "Tomemos, pues los principios, irresolubles en sí mismos, y combinémoslos ordenadamente para reconstruir la cosa, sin salir de esa mirada inspectiva de la verdad. Si lo logramos, esta reconstitución de-mostrará la verdadera necesidad de la cosa. Resolver en principios y recomponer con ellos lo principiado, he aquí el modo de saber principial que culmina en Descartes y Leibniz".(NHD 72)

 

            Pero Zubiri va a perseguir, por decirlo así, la esencia de las cosas, el «ser de veras», ese «llegar a ser», que es como la concentración del todo.

            Esta visión «especulativa» y su logos en cuanto que no sólo ve lo que la cosa es, sino que se ve a sí misma reflejada en la cosa, es la Filosofía del Idealismo alemán del siglo pasado.

            La «vuelta a las cosas» de Brentano y Husserl, será la reacción a esta cúspide idealista de la filosofía. Con ella se va a ver identificado Zubiri.

                        "En la expresión el vino «mismo», el «mismo» significa esta cosa real. La cosa «misma» es la cosa en su realidad..." (NHD 74)

 

            La expresión de «realidad», va a comportar, en la filosofía madura de Zubiri, la presencia de la categoría de actualidad, y naturalmente expre

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sada en la idea concomitante de saber. Esto, entiendo, es definitivo en los planteamientos zubirianos. La cita que va a continuación es suficientemente expresiva.

                        "Saber no es sólo entender lo que de veras es la cosa desde sus principios, sino conquistar realmente la posesión esciente de la realidad[17]; no sólo la «verdad de la realidad», sino también la «realidad de la verdad». «En realidad de verdad» es como las cosas tienen que ser entendidas".(NHD 74)

 

            Para Zubiri, realidad y sentir van siempre a la par en los análisis sobre la realidad humana. Y ello en dos grandes fases. La primera, porque el sentir es "la primaria realidad": (veamos la cita completa)

                        "En todo sentir, el hombre «se siente» a sí mismo; «se» siente, bien o mal, agradable o incómodamente, etc. El sentir, como realidad, es la patencia «real» de algo. En su virtud, podemos decir que el sentir es ser de veras, esto es, el sentir es la primaria realidad de la verdad [...]

                        ¿Cómo asegura el sentir la posesión esciente de la realidad?." (NHD 75)

 

            La respuesta a esa pregunta, constituye la segunda fase: es la disección de la unidad «sentir». En esto Zubiri no se desvía del análisis griego, en concreto de Aristóteles:

                        "Los ojos, los oídos, etc., no son sino «órganos» de los sentidos; pero el «sentido» mismo es algo de raíz más honda e íntima. Como órganos de los sentidos, son modos especiales de sentir las cosas, aquel modo de sentirlas que tiene lugar cuando las cosas materiales «afectan» a los órganos. Afecciones o impresiones  de las cosas: [...]

                        Al sentirse afectado el hombre, le es patente el sentido de su afección. Lo que llamamos «dato» de cada sentido es el sentido de su afección [...] El sentir es algo primariamente unitario, es mi sentir, y cada uno de los sentidos no es sino un momento diversificador de aquel primario sentir. Por esto decía Aristóteles que el hombre poseía un sentido íntimo o común [...] una unidad primaria, frente a la cual los órganos serían más bien analizadores de lo sentido."(NHD 76)

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            Esta última cita pone de manifiesto esa unidad que en los escritos de SE y de la Trilogía sobre la inteligencia, constituye el punto de arranque para sus análisis: unidad en despliegue (de la que las notas no serán sino «analizadores» de la tal unidad).       Todo parte del sentir, y el sentir es un modo de poseer-se. Lo que ese «se» posee, constituirá su verdadera «figura» o «schema». La cita termina con el enunciado de esta idea, —nota de Zubiri incluida—:

                        "Gracias a esto, la «cosa sensible» es «una» cosa constituida en el «sentido» de nuestra afección o impresión.. El eîdos o idea de la cosa es, por esto, primariamente esquema, o figura de ella, lo expreso en la impresión que nos produce[18]."(NHD 76)

 

            La influencia del sentir en la «formación» de la cosa es definitiva en la concepción del saber según Zubiri. Esta perduración es para Zubiri el descubrimiento de la fantasía: es el ámbito de la empiria. Una vez más los análisis de Aristóteles son aprovechados finamente por nuestro Autor.

                        "La cosa deja impresionado al hombre más tiempo que el que dura su acción [...] Al perdurar la impresión de las cosas, la figura de su sentido ya no es «eidos», sino imagen [...] Al mostrarse algo, especialmente en los sentidos, llamó el griego «fenómeno», de phaínô, mostrar. La perduración del mostrarse se expresa por un verbo derivado de phaínô, phantázein. Imaginar es «fantasear», hacer perdurar la mostración de algo. La esencia de la imaginación es fantasía. La imagen es lo sentido en la fantasía".(NHD 77)

 

            La intimación de este proceso, al que Zubiri califica de latente, viene expresada en la visión que los latinos nominaron el «cor». Ello cierra el análisis, que apoyado en Aristóteles, nos mostrará al «sentir» como fuente, u orto del saber.

                        "Este sentir latente es lo que los latinos llamaron cor, y el patentizarlo es, por esto un recordar [...] quien posee un certero sentido, decimos que es experto y diestro, posee experiencia. Empeiría, experiencia, significa primariamente esta experiencia del experto."(NHD 77)

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            Hasta aquí el análisis de la cosa en el sentir. La expresión de lo que sea la cosa en el sentir, constituye el «parecer».

            La idea de parecer va a ser uno de los conceptos, objeto de un más detenido análisis en 'Inteligencia y Logos'. El sentir es algo así como la voz de las cosas, cuya expresión es el logos. Este modo de saber constituye uno de los hitos en el análisis griego acerca del «movimiento», en el ámbito del logos, es el «predecir»:

                        "Cuando algo no lo es más que en mi sentir, es que sólo parece serlo [...]

                        Cuando algo lo es «en mi sentir», [...] «parece» ser lo que es. Este «parece» es siempre un «me» parece. Al decir que esto me parece ser así, enuncio una opinión (dóxa)...(NHD 78)

                        [...] como en el sentir perduran las impresiones, el logos, al reunirlas, «compone» los sentidos de su sentir [...] será composición de momentos, movimiento. Saber algo será saber que ha «llegado a ser» tal en este momento [...] se trata de que una cosa «de momento» llegue también «de momento», a ser otra. Saber, para los sentidos, será poseer la dirección de este movimiento, predecir."(NHD 79)

 

            Si este saber se apoyara tan sólo en el sentir de cada cual, sin connotación a lo común del sentir humano, tendríamos la insuficiencia del «insensato». A este nivel, Zubiri atribuye al «noûs» la virtualidad de captar que el sentido es de las cosas más que de uno mismo. Este modo de concebir al noûs tiene todos los visos de una unidad «héxica», cuyo despliegue constituye un posible sistema de habitudes[19]:

                        "Por tener un sentido, que es el de las cosas y no el suyo, el hombre sensato coincide con todos los de su condición. Este sentido de las cosas es la mens, el noûs. Quien carece de él es amente o demente.

                        Este ser de las cosas, propio del sentido de ellas, hay que tomarlo literalmente. El sentido es de ellas; lo tiene el hombre como una cierta dádiva suya: algo divino lo llamaban, por esto, los griegos [...] Esta unidad  hacía decir a Parménides que son lo «mismo» la realidad de la mente y la de su objeto. Es la manera suprema de sentir. Aristóteles la compara, por esto, no sólo a la luz, sino también al tacto. El noûs, dice, es un «palpar». De entre todos los sentidos, en efecto el tacto es el que más certeramente nos da la

 

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realidad de algo [...] A la efectividad del palpitar es lo que el griego llamó «actualidad»."(NHD 80)

 

            La expresión castellana de «palpitante actualidad» le sirve de pretexto a Zubiri para iniciar una descripción, en cadena, de los términos griegos más llenos de contenido metafísico en la obra de Aristóteles. Aparece en las puntualizaciones zubirianas el concepto de «alteridad», que ya desde los escritos tempranos recogidos en «Sobre el Hombre», van a constituir la base de su antropología.

                        "Las cosas reales tienen, en cierto modo, palpitante actualidad ante la mente. Sin embargo, las cosas no son su actualidad ante la mente. Precisamente, las cosas actuales tienen actualidad porque previamente son actuales. Y a esta otra actualidad previa es a lo que el griego llamó realidad: una especie de operación en que algo se afirma sustantivamente. Aristóteles lo llamó enérgeia[20]. La mens, al palpar la cosa real, palpa lo que «es» actualmente, no sólo su impresión actual. Así es como el hombre discierne lo que es «de momento» de lo que es «de todo momento», de siempre. Lo que siempre es verdad supone que es siempre. Ser es ser siempre. El ente de Parménides es, por esto, inmóvil, invariable. Por serlo, cada cosa tiene que ser siempre lo mismo que es. La idea o esencia de las cosas se convierte en lo esencial de ellas para que éstas sean siempre lo mismo. La esencia es ousía[21]. Gracias a la ousía, las manifestaciones «de momento» de las cosas son movimientos en lo no esencial, siempre los mismos, que emergen de lo que la cosa es y no de lo que fue en el momento anterior. La ousía es así de las cosas. La naturaleza supone ousía, y ésta el «ser siempre». Esta conexión es fundamental."[22](NHD 81)

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            Hasta aquí la descripción del noûs como un modo de sentir, o si se quiere, del sentir en cuanto afectado por el noûs. Se trata ahora de «reunir», en el sentido del Logos, toda la virtualidad de este análisis. Y lo primero va a ser la expresión categorial. Hay como una descripción del modo de haberse la mente, y ese modo de haberse se va siguiendo al hilo del logos:

                        "La verdad o la falsedad no es lo primario, ni en las cosas y en el logos: presupone el sentido, y este presupuesto son las categorías [...]

                        La sabiduría no es simplemente un modo lógico, sino un afinamiento e inclinación radical de la mente, una «disposición» de ella hacia el ser real y verdadero; el saber no sólo sabe lo que es siempre, sino que en cierto modo, lo sabe siempre; una héxis, un hábito de los principios, la llamaron, por esto, lo antiguos...

                        A este ser «íntimo» del sentir lo llamaron, por esto los antiguos fondo abismal del alma: el alma tiene esencia, en el sentido de fondo abismal."(NHD 82)

 

            Esta especie de valoración del noûs a la manera de una «héxis», va a ser decisiva en la filosofía zubiriana: por el sentir se llega al ser de las cosas. Para el empirismo, las ideas serán el fruto de este tipo de sentir noético. El origen de las ideas será el punto de arranque de la verdad como tal. La mente va a servir de guía en esta búsqueda de la ciencia por el hombre. Ciencia y conciencia: sentir y sentirse. En el origen de todo ello, la idea estoica de lo hêgemonikón.

            Abundando en la reflexión sobre este proceso, ve Zubiri que si todo sentido se determina o define por una afección concreta, y tiene su «órgano» determinado, éste sería algo así como el 'innatismo' de las ideas en Descartes.

            El fijar las ideas como unidad de sentir y la consiguiente reflexión sobre éllas, constituiría toda el saber de lo real, todo "lo demás son verdades absolutas, pero sólo «verdades», esto es, relaciones de ideas. Tal es la obra de Hume (NHD 84)".

                        "Si esto fuera así, en efecto, el hombre no podría jamás saber cosas, sino simplemente «considerar», sképtomai, ideas. Por esto, todo empirismo es necesariamente «escepticismo», esto es simple consideración de lo sentido en nuestras impresiones."(NHD 85)

 

            Zubiri va a vivir 'filosóficamente' de buscar la estructura entitativa de las cosas. Y ello desde el sentir. Llegado a este punto, y en este estudio

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concreto, va plantear directamente esta cuestión. Sus afirmaciones no dejan lugar a duda:

                        "Para hablar de cosas hace falta algo más: algo que, sin sacarnos de nuestras impresiones, las «eleve» al rango de sentido de cosas. Como «órgano» del sentir, la mente no es tanto fuente de nuevas impresiones cuanto de un modo distinto de sentir las cosas, las mismas cosas que los «órganos» de los sentidos. La mente no está juxtapuesta al sentir sensible."(NHD 85)

 

            Como se puede apreciar, aunque sin formularlo, nos encontramos con una inteligencia (mens) sentiente: (el «nous» es héxis, porque en realidad es un modo de sentir). Este dar sentido a las impresiones sin salirnos, por decirlo así del «sentir», es lo transcendental «en»: desde esta perspectiva hay que entender la obra de Kant:

                        "Al «tentar», o tantear,las impresiones, las cosas ya no son simple experiencia, sino experimento. Como tales, no son simples entes que están ahí, sino «hechos». Ciencia es saber experimental. Tal es la obra kantiana [...] El presentimiento de los estoicos se ha convertido en un presentido mental. El hombre no lleva en sí el universo de las cosas, sino el sentido real de ellas [...]

                        Al hombre de la segunda mitad del siglo XIX le interesa conquistar cosas. Pero en esta conquista, a fuerza de retrotraer la ideas a las cosas, persigue cosas sin idea; por tanto, no lo que naturalmente son siempre los seres, sino sus invariables conexiones, las leyes."(NHD 86)

 

            Esta especie de carrera hacia los límites del indiscernimiento entre cosa e idea, tendrá como término el positivismo:

                        "El positivismo es la culminación de este modo de saber: cosas son hechos, naturaleza es ley, y ciencia es experimento".(NHD 86)

 

            Es curioso que en el resumen que hace de todo el estudio en la última página, la referencia obligada sea Aristóteles; pero en una dirección que a mi entender, está vislumbrando la preocupación de Zubiri por encontrar una nueva idea de la inteligencia que de luz sobre el saber de las cosas, en aquello que las constituye como cosas para la mente ...como sentir:

                        "...Aristóteles no interesa sino accidentalmente: nos interesa porque en él emergen, «desde las cosas» y no desde las teorías ya hechas, los moti

 

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vos esenciales de la primera filosofía madura que ha predeterminado, en gran parte, el curso ulterior del pensamiento humano."(NHD 87)



     [17]. El subrayado es mío. Esa es la expresión de lo que en la Trilogía sobre la Inteligencia va a entender por «actualidad». Y esa posesión prenuncia la idea de «héxis», que a su vez aparecerá siempre en función del «sentir».

 

     [18]. "Los griegos, como Aristóteles, distinguieron entre esquema (Skhêma) e idea (eîdos) cuando quisieron apuntar a la esencia de las cosas. El hombre recién fallecido tiene el mismo esquema que pocos momentos antes de morir; pero, una vez muerto, no posee el eidos humano, porque no tiene el érgon de éste, no vive. Aquí no necesito insistir más en esta diferencia."

(NHD 76,nota)

     [19] Expresión esta del «sistema de habitudes», acuñada, a mi entender, por Antonio González, UN SOLO MUNDO, la relevancia de Zubiri para la teoría social (tesis doctoral), Madrid, 1994. Fundamentalmente en las pp.357-373.

     [20]. [nota mía] Aquí sí que hay que fijar la actuidad griega, que sería esta actualidad. Y la que va a ser la «actualidad» como categoría de la inteligencia sentiente: «mera actualidad de realidad». Digamos que en este texto (significativo de la etapa ontológica de Zubiri) hay como un repliegue sobre el análisis fenomenológico y volcado en la vía aristotélica, pero que todavía no da el paso a la consideración de la realidad como el prius que en su unidad de estar en cuanto estar constituye mundo, y que en su unidad de mero quedar ante alguien, constituye la mera actualidad de realidad o «inteligencia», que dirá el Zubiri de SE, y de la trilogía sobre la Inteligencia.

     [21]. [nota mía] Habría que observar aquí la identidad entre esencia y ousía. Su dislocación a lo largo de la historia de la filosofía va a ser objeto de estudio en la obra de «Sobre la Esencia».

     [22]. [nota mía] Aquí añadiría yo —para entender la filosofía de Zubiri en su arranque-, «y esta estructura 'queda', y en su quedar actualiza la realidad como 'de suyo'»: de aquí va a partir su filosofía.